Política | 12/11
Repetición histórica
Tucumán muestra en Burruyacu un caso emblemático de sucesión política familiar encabezado por los Leal
El municipio funciona bajo una lógica que combina acuerdos internos y una estructura territorial que favorece la continuidad del mismo apellido.
En el interior de Tucumán, la política local parece una empresa familiar. En el municipio de Burruyacu, los Leal se convirtieron en un ejemplo de cómo el poder puede heredarse y administrarse como si fuera un negocio propio.
Padre e hijo se alternan los cargos públicos desde hace años: cuando uno se sienta en una banca de la Legislatura provincial, el otro se pone al frente del municipio, y viceversa. Así, el clan familiar mantiene el control político y administrativo de Burruyacu sin interrupciones, aprovechando el sistema electoral y los acuerdos internos que les garantizan continuidad.
En la práctica, la gestión municipal funciona como una empresa PyME de la política, donde las decisiones quedan concentradas en el mismo núcleo familiar. Los vecinos aseguran que las obras y los programas sociales se manejan bajo una lógica de clientelismo y control territorial, con escaso margen para la oposición o el recambio.
