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¡Impresionante!
AMIA 31 años: nuevas funciones de la obra de teatro "La silla vacía"
Se hizo lugar la segunda temporada de la obra "La silla vacía".

La segunda temporada de la obra "La silla vacía", una conmovedora experiencia teatral y un poderoso ejercicio de memoria colectiva, continúa este año en el auditorio de Pasteur 633, con tres nuevas funciones programadas: el domingo 29 de junio y los domingos 6 y 13 de julio, a las 19 horas.
En la segunda temporada de esta propuesta teatral producida por AMIA, cuatro actores que no son actores se suben nuevamente al escenario para representar una parte de sus vidas, aquella que irrumpió brutalmente cuando la bomba que explotó el 18 de julio de 1994, les arrebató a uno de sus seres queridos.
Para reservar las ubicaciones, que son sin costo, las personas interesadas deben hacer clic en este link.
La obra cuenta con la actuación de Hugo Basiglio, Jennifer Dubín, Adrián Furman y Alejandra Terranova, familiares de cuatro víctimas fatales del atentado terrorista.
Adrián, a su vez, es una víctima sobreviviente del 18J.
En su primera temporada, que fue presentada en el marco del 30 aniversario de la masacre perpetrada contra la sede de Pasteur 633, “La silla vacía” cosechó elogios de la crítica y del público.
Fue la primera vez que AMIA incursionó en las artes escénicas, en el marco de las acciones por la memoria y el reclamo de justicia que viene llevando adelante para denunciar, a través de diferentes iniciativas artísticas, la impunidad vigente en la causa y no permitir que el olvido se sume al poder destructivo que el terrorismo ocasionó.
La dramaturgia de “La silla vacía”, a cargo de la directora de la obra Sol Levinton, está basada en los testimonios de los cuatro familiares que ponen el cuerpo para ofrecer una puesta en escena que transita la tristeza, la bronca, la nostalgia y, muy especialmente, el amor y el recuerdo hacia los seres queridos.
En palabras de Elio Kapszuk, director de Arte y Producción de AMIA, de donde surgió la idea, la propuesta teatral que se estrenó el año, “es una experiencia íntima, única y genuina, que sólo puede ser generada desde el encuentro y el diálogo entre personas que han atravesado y siguen transitando el mismo dolor. Los testimonios de los protagonistas proponen, con valentía y autenticidad, un recorrido sobre cómo la vida se transforma y cómo se sigue en medio de la injusticia y la impunidad”, aseguró.
"La titulamos La silla vacía porque una silla vacía es un símbolo crucial de aquel que ya no está", explicó, por su parte, la directora.
"En escena siempre hay una silla vacía, pero ni los actores ni el público pueden anticipar cuál va a ser. Porque la vida es así: impredecible, inesperada. No hay forma de pronosticar qué nos depara. No hay justificación para las personas que se convierten en víctimas, y nadie está exento de serlo", expresó.
"Pero, como decimos en la obra, una silla puede ser sólo una silla, y a veces puede ser mucho más".
