Un viejo episodio que expuso las conexiones entre el poder político y el empresarial vuelve a recordarse. Se trata de lo que fue incorporación de Romina De los Ángeles Mercado, sobrina de Cristina Fernández de Kirchner e hija de Alicia Kirchner, a una de las empresas del grupo de Cristóbal López, uno de los empresarios más cercanos al kirchnerismo.

Según trascendió en su momento, Mercado fue empleada en Inversora M&S, firma clave dentro del Grupo Indalo, conglomerado que abarca desde casinos hasta petróleo, transporte, medios de comunicación y alimentos.

La situación llamó la atención porque, mientras ocupaba cargos en la función pública (como su paso por la Fiscalía de Estado de Santa Cruz y su rol como asesora legal en el Banco Nación), también habría tenido un vínculo laboral con el grupo de López.

La polémica radicaba en que Cristóbal López había asegurado públicamente que su relación con la familia Kirchner era estrictamente personal y no estaba vinculada a sus negocios. Sin embargo, la presencia de una sobrina directa de la entonces presidenta dentro de su estructura empresarial debilitaba ese argumento y alimentaba sospechas de favoritismo y conflictos de interés.

Este hecho, que había sido revelado por medios nacionales como Perfil, fue interpretado en su momento como un ejemplo del entrecruzamiento entre política y negocios durante los años de gobierno kirchnerista. Hoy, más de una década después, sigue siendo citado como parte de la trama de vínculos que marcaron la relación entre la familia Kirchner y Cristóbal López.