Historia | 13/08

Día de las Infancias

Rondas que educan: el mate como parte de las memorias emocionales de la infancia

En el marco del Día de las Infancias , CBSé invita a celebrar esos momentos que fortalecen los vínculos, como compartir una ronda de mate.

El mate es parte del paisaje emocional de muchos hogares argentinos, pero también está presente en el ocio, la pausa y el encuentro, cruza fronteras y aparece en escenas cotidianas de reunión.

Rondas que educan: el mate como parte de las memorias emocionales de la infancia
Espacios de encuentro que enseñan, de manera natural, a acompañar, a cuidar y a estar presentes.

En un encuentro familiar, un parque lejos de casa o en una reunión de amigos, el mate es el compañero incondicional. En ese contexto, las infancias crecen al calor de rondas de mate aprendiendo a compartir. Esa experiencia repetida, asociada al afecto, deja huella.

Un estudio del Child Development Institute (2025) confirma que los rituales familiares cotidianos como leer un cuento, cocinar en compañía o compartir una bebida, aportan seguridad emocional, reducen el estrés infantil y fortalecen el sentido de pertenencia. Según el informe, estas rutinas repetidas ayudan a los niños a desarrollar vínculos más sólidos y a construir nociones estables de tiempo y afecto compartido (ver estudio).

El mate, más allá de su consumo, funciona como un puente entre generaciones. En cada ronda hay una forma de enseñar respeto, de transmitir calma, de construir memoria. En ese gesto tan nuestro también se juega una manera de educar.

El mate es un amor que crece desde la edad más temprana. Y representa una forma de conexión muy particular. No necesita WiFi ni aplicaciones y su lógica es la de la espera, la atención y la presencia sin prisa. En tiempos de hiperestimulación, esa pausa compartida se vuelve un gesto poderoso. En una ronda de mate con padres y abuelos se construyen recuerdos: charlas de sobremesa, confesiones en la cocina, reuniones improvisadas: un ritual cotidiano que atraviesa generaciones y geografías.

Desde CBSé se desarrollan productos pensados para crear ese tipo de experiencias únicas alrededor del mate, con una variedad de yerbas pensadas para compartir en familia. Su nuevo lanzamiento, Mateando, invita a completar esa ronda con un producto de sabor muy suave y duradero en la cebada.

“El mate está presente en el desayuno, a la hora del reencuentro en casa, en una reunión o sobremesa improvisada. Y cuando hay niños cerca, lo reconocen como parte de su entorno emocional”, expresaron desde MATEANDO.

El mate acompaña la vida de las personas desde temprana edad y propicia momentos de encuentro. Porque al impulsar el mate como costumbre de generación en generación, se siembra la semilla de un amor que va creciendo. Un ritual que transmite, silenciosamente, una manera más humana de habitar el mundo.

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