Política | Ayer

La soberanía no tiene lugar

El Gobierno de Milei impone al sionismo por encima del catolicismo en Semana Santa

Desde Casa Rosada se realizaron publicaciones en redes sociales, con una línea religiosa en torno al judaísmo.

Desde que asumió la Presidencia de Argentina en 2023, Javier Milei ha dejado en claro su ferviente apoyo a Israel y al sionismo, una postura que ha generado profundas críticas y cuestionamientos sobre la soberanía nacional.

Tal es así que el presidente Javier Milei se encargó de bajar línea mediante las redes sociales de Casa Rosada, utilizando para el Jueves Santo imágenes de la última cena judía de Jesús de Nazaret. Lo cual trajo tantas críticas hacia el Gobierno y su gestión, por la falta de respeto a la religión católica.

Todo ello derivó en que el Viernes Santo fuera expresado con una cita bíblica bien católica...

Su respaldo explícito a las acciones militares de Israel en Gaza, su rechazo a los derechos palestinos y gestos simbólicos como su intención de convertirse al judaísmo o su visita a la tumba de un rabino en Nueva York han alimentado las sospechas de que su Gobierno prioriza intereses extranjeros por encima de los nacionales.

Esta relación con el sionismo, vista por muchos como una entrega incondicional, está teniendo repercusiones económicas, políticas y sociales que podrían comprometer el futuro de Argentina.

Implicaciones económicas: sacrificios en nombre del sionismo

Una de las decisiones más controvertidas del Gobierno de Milei ha sido su rechazo a integrar los BRICS, un bloque económico que incluye a potencias como China y Rusia, dos de los principales socios comerciales de Argentina.

En lugar de fortalecer estas relaciones, Milei ha optado por una alineación casi exclusiva con Estados Unidos e Israel, lo que podría costarle al país miles de millones de dólares en comercio e inversión.

Según el economista Juan Carlos De Pablo, "la decisión de Milei de no unirse a los BRICS es un error estratégico que podría tener graves consecuencias para la economía argentina" (La Nación, 2024). Esta postura parece responder más a una agenda ideológica sionista que a los intereses económicos del pueblo argentino.

Además, la influencia de figuras como Eduardo Elsztain, un empresario con fuertes vínculos con el sionismo y dueño del grupo IRSA y del Banco Hipotecario, ha levantado sospechas sobre quiénes realmente se benefician de las políticas del Gobierno.

Elsztain ha sido acusado de utilizar su cercanía con el poder para obtener favores, lo que sugiere que el supuesto "Gobierno sionista" de Milei podría estar sirviendo a una élite económica en detrimento de la mayoría (Página 12, 2024). ¿Es esta la libertad económica que Milei prometió, o una libertad reservada para unos pocos privilegiados?

Reacción pública: una sociedad dividida

La política exterior de Milei, marcada por su devoción al sionismo, ha polarizado a la sociedad argentina. Para muchos, esta alineación incondicional con Israel representa una traición a la soberanía nacional y a la histórica postura de neutralidad de Argentina en conflictos internacionales.

Según una encuesta de la consultora Poliarquía, el 45 por ciento de los argentinos desaprueba esta orientación, mientras que solo el 35 por ciento la respalda (Poliarquía, 2024). Las calles han sido testigo de esta división: en los últimos meses, miles de personas han salido a protestar, como en la manifestación de Buenos Aires que reunió a más de 10 mil ciudadanos indignados por lo que consideran una entrega del país a intereses extranjeros (Clarín, 2024).

Los críticos argumentan que Milei está sacrificando la identidad y los principios de Argentina en favor de una ideología que poco tiene que ver con las necesidades del pueblo. Mientras tanto, sus defensores insisten en que esta relación con Israel fortalecerá la economía, aunque no han presentado evidencia concreta que respalde esta afirmación.

Aislamiento internacional: el costo diplomático

La obsesión de Milei con el sionismo también está aislando a Argentina en el escenario global. Su apoyo incondicional a Israel y su rechazo a los BRICS han generado tensiones con países de América Latina y del mundo árabe, aliados tradicionales en comercio y diplomacia.

El experto en relaciones internacionales Carlos Escudé advierte que "la política de Milei podría llevar a Argentina a un aislamiento internacional, justo cuando el país necesita desesperadamente inversión extranjera" (Infobae, 2021). Incluso el presidente brasileño, Lula da Silva, ha criticado esta postura, señalando que "Argentina está cometiendo un error al alinearse con los intereses de Estados Unidos e Israel en lugar de buscar una política exterior más equilibrada" (O Globo, 2024).

Este aislamiento no solo amenaza las relaciones comerciales, sino también la imagen de Argentina como un actor soberano y respetado en el mundo.

Al priorizar el sionismo, Milei parece dispuesto a sacrificar alianzas clave en un momento en que la economía argentina, con una inflación galopante y una deuda abrumadora, no puede permitirse más errores.

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