
Información general | 09/04
Geopolítica
La antesala de un conflicto mundial que vuelve a marcar una nueva era oscura y de incertidumbre
Ante esta imposición de aranceles masivos por parte de Estados Unidos, podría ser más que una estrategia electoral o económica marcando el inicio de un cambio de era.

Por Luciano Barroso
La reciente imposición de aranceles por parte de Donald Trump a múltiples economías del mundo, incluyendo a sus socios estratégicos, ha encendido las alarmas en los mercados internacionales. Esta política proteccionista, que ya se ha traducido en fuertes represalias comerciales por parte de otras potencias, no solo afecta el libre comercio global, sino que también recuerda peligrosamente a escenarios históricos que desembocaron en conflictos de gran escala.
Lo que comenzó como una disputa comercial podría convertirse en un conflicto geopolítico más profundo, si las tensiones no logran descomprimirse a tiempo.
Durante la década de 1920, el mundo también vivió una ola de proteccionismo tras la Primera Guerra Mundial, bajo este síntoma de época, Estados Unidos, implementó la Ley arancelaria Smoot-Hawley de 1930, elevando los impuestos a las importaciones con la intención de proteger su industria nacional.
Sin embargo, esa medida provocó represalias por parte de otros países, colapsando el comercio global. El resultado fue una cadena de crisis económicas, bancarrotas masivas, y finalmente, luego del desplome bursátil de 1929 que dio inicio a la Gran Depresión.
Hoy, las similitudes con ese periodo son inquietantes. La globalización, que dominó la economía mundial durante décadas, está siendo desmantelada a gran velocidad. Los países comienzan a replegarse, priorizando sus industrias locales mediante subsidios, barreras comerciales y planes de reindustrialización. Esta nueva carrera por la autosuficiencia, lejos de fomentar la cooperación internacional, aumenta la competencia por los recursos, la tecnología y la influencia regional.
En este contexto, el escenario actual también apunta a una peligrosa militarización. Las tensiones en Asia, Oriente Medio y Europa del Este se agudizan, y los presupuestos de defensa aumentan mientras los líderes mundiales hablan cada vez más abiertamente de una "nueva era de conflictos".
El proteccionismo no solo impulsa a los Estados a recuperar su capacidad industrial, sino que, como ocurrió en el período de entreguerras, impulsa también una carrera armamentística con fines disuasivos y estratégicos.
La sustitución de importaciones, que podría parecer una medida meramente económica, termina alimentando una lógica de bloque. Las naciones buscan no depender del extranjero, no solo en bienes de consumo, sino en recursos clave para la defensa: semiconductores, energía, alimentos, inteligencia artificial y ciberseguridad. Esta dinámica contribuye a un nuevo orden bipolar o incluso multipolar, donde la cooperación es reemplazada por la desconfianza y la competencia.
Si bien aún no estamos ante una guerra abierta, los síntomas son inquietantemente parecidos a los del pasado. Las tensiones comerciales, sumadas a los conflictos regionales y a una crisis económica latente, podrían acelerar un proceso de enfrentamiento global. Las guerras modernas ya no comienzan necesariamente con tropas cruzando fronteras, sino con ciberataques, bloqueos comerciales y campañas de desinformación.
Además, el colapso de los mercados asiáticos, junto con la caída del precio del petróleo y la volatilidad de los activos financieros, muestran que el sistema económico mundial está entrando en una fase de inestabilidad crítica. La confianza en las instituciones multilaterales se debilita, mientras cada país parece prepararse para resistir solo. Si esta tendencia continúa, el mundo podría acercarse a un punto de no retorno.
Antes esta imposición de aranceles masivos por parte de Estados Unidos, podría ser más que una estrategia electoral o económica marcando el inicio de un cambio de era. Tal como ocurrió en el siglo pasado, el proteccionismo extremo, sumado al nacionalismo económico y la carrera armamentista, puede convertirse en el preludio de un nuevo conflicto global.
