Información general | Ayer

Mensajes cifrados

Medios y poder: empieza el desgaste contra el ídolo de Boca Juniors

Román incomoda en los escritorios de poder y los micrófonos comienzan a marcarlo de cerca.

La tan celebrada vuelta de Mario Pergolini a la televisión no es, como se quiere vender, un acto de nostalgia mediática. Es una jugada política. Y no apunta a la pantalla chica: apunta a Juan Román Riquelme, el actual mandamás de Boca Juniors.

Desde hace semanas se cocina una alianza de alto voltaje entre Pergolini y Adrián Suar, con un objetivo claro: erosionar la imagen de Riquelme y minar su poder en el club de La Ribera. El acuerdo sellado para su retorno a El Trece no fue solo por rating, sino por estrategia. Y ya comenzaron los primeros movimientos.

El canal del barrio de Constitución, propiedad del Grupo Clarín, comenzó a operar en sintonía. La señal: Adrián Ventura, periodista judicial que nunca ocultó su desprecio por el fútbol ni por gran parte de la cultura popular argentina, metió un misil disfrazado de comentario casual en pleno análisis sobre Boca: “Habría que hacer una corte especial para sacar a Riquelme del club”, disparó. Nadie le contestó. Nadie se rió. Pero todos escucharon.

La frase pasó sin debate, como una orden silenciosa que baja por línea editorial. Porque esto no se trata de amor por Boca ni de una cruzada institucional. Es la antesala de una batalla de intereses, egos heridos y ambiciones políticas, lejos de Mauricio Macri pero también lejos de Román.

El plan no incluye privatizar el club, pero sí restaurar un viejo orden. Riquelme, ídolo intocable para las tribunas, se convirtió en incómodo para algunos escritorios. Y cuando eso pasa, los micrófonos se transforman en trincheras.

COMENTARIOS