En plena temporada de vacaciones de invierno y con la campaña electoral al rojo vivo, la emblemática peatonal San Martín (entre Santa Fe y Corrientes) luce abandonada y plagada de baches que dificultan el paso de los marplatenses y turistas.

Las fuentes de agua ornamentales, otrora punto de encuentro y descanso, permanecen inactivas, mientras que los adoquines resquebrajados y los cordones rotos evidencian meses de falta de mantenimiento municipal.

El descontrol se agrava con la proliferación de vendedores ambulantes que instalan sus puestos improvisados en cada esquina, en ausencia de un operativo de fiscalización o presencia policial. Residentes del área denuncian que la situación hace más inseguro el uso del espacio público y resta atractivo al centro de la ciudad, donde la circulación peatonal se ve empañada por el caos urbano.

La crítica se dirige al intendente Guillermo Montenegro, quien en pleno receso invernal y etapa electoral se encuentra abocado a su candidatura al Senado bonaerense por La Libertad Avanza (LLA).

Para vecinos y comerciantes, el descuido de la infraestructura urbana revela prioridades desalineadas con las necesidades cotidianas de Mar del Plata, donde reclaman acciones inmediatas antes de que el deterioro se profundice.