Política | 06:00

Interior del país

El PJ arrasa en Formosa, pero la sombra de Insfrán genera

La dictadura es difícil de sacar de la provincia...

El Partido Justicialista (PJ) se alzó con una victoria contundente en las elecciones provinciales de este domingo, obteniendo cerca del 67 por ciento de los votos tanto para diputados provinciales como para convencionales constituyentes.

Con una participación electoral del 64 por ciento, los resultados reflejan una vez más la hegemonía del oficialismo en la provincia. Sin embargo, detrás de este aparente respaldo popular, la figura del gobernador Gildo Insfrán (en el poder desde 1995) sigue despertando críticas por lo que muchos consideran un sistema electoral diseñado para perpetuar su dominio, en detrimento de la democracia y la alternancia.

Resultados que consolidan un poder cuestionado

Según datos oficiales, con el 97,34 por ciento de las mesas escrutadas, el PJ logró el 67,15 de los votos para diputados provinciales y el 67,25 para convencionales constituyentes. El Frente Amplio Formoseño (FAF), con un lejano 20,87 y 20,73 en cada categoría, quedó en segundo lugar, mientras que La Libertad Avanza (LLA) alcanzó el tercer puesto con un modesto 11,13 y 11,18.

Estos comicios renovaron 15 diputados provinciales (con 8 suplentes), 30 convencionales constituyentes y autoridades municipales, pero el resultado parece ser más de lo mismo en una provincia donde el PJ lleva décadas sin ceder terreno.

El sistema de lemas, que permite sumar los votos de distintos sublemas dentro de un partido, volvió a ser un aliado clave del PJ. Esta herramienta, criticada por opositores como un mecanismo que distorsiona la voluntad popular, facilitó que el oficialismo aplastara a sus rivales, dejando poco margen para una competencia real.

Una victoria bajo la lupaLa oposición, aunque fragmentada, intentó plantar cara. El Frente Amplio Formoseño y La Libertad Avanza (con figuras como Esteban López Tossi y Héctor Brizuela) buscaron captar el descontento, pero sus esfuerzos fueron insuficientes frente a la maquinaria justicialista.

Otros partidos menores, como la Alianza para la Libertad (AxL) y la República (liderada por Gabriela Neme) y Confluencia Ciudadana, apenas lograron hacerse notar.

Para muchos, estos resultados no son un reflejo de apoyo genuino, sino de un control político que Insfrán ha perfeccionado a lo largo de casi tres décadas. Las denuncias de clientelismo, falta de transparencia y restricciones a la oposición han sido una constante en Formosa, y estas elecciones no parecen ser la excepción.

La participación del 64 por ciento, aunque significativa, no alcanza los niveles de otras provincias, lo que alimenta las sospechas de apatía o manipulación en un contexto donde el oficialismo rara vez encuentra resistencia.

Un futuro en manos del mismo pasado

La victoria del PJ se interpreta como un respaldo al liderazgo de Insfrán, pero también como una señal de estancamiento. Mientras el gobernador celebra, las voces críticas alertan sobre una provincia atrapada en un modelo de poder personalista que prioriza la continuidad sobre el desarrollo.

Figuras como Agustín Samaniego, Rodrigo Vera y Estela Escobar encabezaron las listas del PJ, pero para los detractores, no son más que extensiones de un sistema que responde únicamente a Insfrán.

El próximo desafío electoral será el 26 de octubre de 2025, con las elecciones generales nacionales para la Cámara de Diputados. Sin embargo, en Formosa, pocos esperan un cambio de rumbo. Mientras el PJ festeja su dominio, la pregunta sigue en el aire: ¿Hasta cuándo podrá sostenerse un liderazgo que, para sus críticos, ha convertido la democracia en una formalidad?

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