El sorprendente nombramiento de Mario Russo, ex primer jefe de campaña del presidente Javier Milei, como nuevo director general del Cuerpo de Asesores de la Presidencia del Senado, presidido por Victoria Villarruel, desató todo tipo de especulaciones en los pasillos de la Cámara alta.

El anuncio, oficializado el pasado 9 de mayo, marcó un hito: por primera vez un estrecho colaborador del Ejecutivo nacional se instala en el núcleo político de la vicepresidente. La movida, que cruzó alianzas y purismos internos, confirma la consolidación de una alianza estratégica entre la La Libertad Avanza (LLA) y el ala más dura de la oposición liberal.

Para Russo, experto en tácticas de campaña y orquestador de la histórica victoria de Milei, el salto de la trinchera proselitista a la burocracia senatorial supone un desafío de mayor calado: coordinar, afinar discursos y tramitar proyectos en un recinto donde las mayorías fluctúan y los equilibrios son frágiles.

Desde su despacho, que ahora ocupa en el primer piso del Palacio Legislativo, Russo tendrá bajo su órbita la elaboración de informes, el pulo de estrategias de prensa y el articulado de los planes de acción que Victoria Villarruel impulse en la Cámara. Analistas advierten que su llegada podría "militarizar" la retórica senatorial y estrechar aún más lazos entre el oficialismo de ultraderecha y los sectores más combativos de la coalición.

Lejos de pasar desapercibido, este fichaje ya genera cortocircuitos: varios senadores de la oposición moderada han cuestionado el nombramiento, tildándolo de "exceso de compañeros de fórmula" y advirtiendo que el Senado no debe convertirse en un apéndice de la Casa Rosada. En respuesta, Villarruel defendió a Russo como "un profesional de vasta experiencia sin ataduras partidarias que impedían su salto a un rol técnico y ajeno a campañas".

Con este movimiento, el tablero político nacional suma una pieza clave: Mario Russo entra en el equipo de Villarruel, y el Senado podría registrar, de ahora en más, los ecos más estridentes de la estrategia que definió el triunfo de Milei. Un spin doctor en el corazón del poder legislativo: así arranca una nueva etapa, donde lo político y lo técnico se funden a pasos acelerados.