
Historia | Ayer
17 de mayo
La enfermedad silenciosa que casi la mitad de quienes la padecen no lo saben
La hipertensión es una condición de alta prevalencia en Argentina y puede tener consecuencias graves si no se trata a tiempo.

Cada 17 de mayo se conmemora el Día Mundial de la Hipertensión con el objetivo de aumentar la conciencia sobre la importancia de prevenir, diagnosticar y controlar la hipertensión arterial. Esta fecha busca educar a la población sobre los riesgos asociados a esta condición silenciosa.

La hipertensión arterial es una de las enfermedades crónicas más frecuentes y peligrosas a nivel mundial y también en Argentina. Se caracteriza por una elevación persistente de la presión arterial por encima de los valores considerados normales.
En el país, según la Cuarta Encuesta Nacional de Factores de Riesgo, cerca del 34 por ciento de los adultos mayores de 18 años presentan hipertensión. Lo alarmante es que el 47 de estas personas no sabe que la padecen por falta de diagnóstico.
A su vez, de quienes conocen su condición, un porcentaje significativo no recibe tratamiento, y de los que lo hacen, solo la mitad logra controlar sus valores. Esta situación refleja una problemática compleja, donde la falta de conciencia, el escaso control y el incumplimiento terapéutico incrementan el riesgo de complicaciones severas.
Las consecuencias de una hipertensión arterial mal controlada pueden ser devastadoras para la salud a largo plazo. Esta afección deteriora progresivamente los vasos sanguíneos y puede desencadenar enfermedades cardiovasculares graves como infartos, insuficiencia cardíaca y accidentes cerebrovasculares (ACV).
Además, puede provocar daño renal crónico, que en casos avanzados puede requerir diálisis, y afectar la circulación en órganos como el intestino o los ojos, comprometiendo funciones vitales. El daño a los órganos blancos (corazón, cerebro y riñones) es el resultado más temido, ya que puede conducir a discapacidad, pérdida de autonomía y mortalidad prematura. Por ello, el control adecuado de la presión arterial es un eje central en la prevención de enfermedades crónicas no transmisibles.
En este contexto, en los últimos años, el tratamiento farmacológico de la hipertensión ha experimentado importantes avances que han mejorado la eficacia y la adherencia de los pacientes. “Destacan los antagonistas del receptor de angiotensina II (ARA2), como Losartán, Valsartán, Candesartán, Irbesartán y Telmisartán, que no solo disminuyen la presión arterial sino que también ofrecen beneficios adicionales como protección renal y reducción del riesgo cardiovascular", explicó la doctora Mirta Cisneros, médica cardióloga de Boreal Salud..
"Estos medicamentos, con una sola toma diaria, facilitan el cumplimiento terapéutico. Además, han surgido las polipíldoras, cápsulas que combinan varios principios activos para tratar simultáneamente la hipertensión y factores de riesgo asociados como las dislipidemias. Este enfoque integral ha demostrado ser eficaz en mejorar los resultados clínicos y simplificar el tratamiento para el paciente", resaltó.
Para las personas ya diagnosticadas con hipertensión arterial, existen pautas médicas fundamentales que deben seguirse de manera constante. Es crucial mantener un monitoreo regular de la presión arterial, tanto en el hogar como en controles médicos periódicos.
Los cambios en el estilo de vida también son indispensables: seguir una dieta baja en sodio, rica en frutas, verduras y granos integrales, realizar actividad física aeróbica al menos 30 minutos diarios, mantener un peso saludable y evitar el estrés. Asimismo, es importante dejar de fumar, controlar el colesterol, la glucemia y adherirse estrictamente a la medicación indicada.
El seguimiento médico continuo permite ajustar el tratamiento en función de la evolución y prevenir complicaciones graves a tiempo. La constancia y la educación del paciente son claves para el éxito terapéutico.
La importancia del diagnóstico temprano
"El diagnóstico temprano de la hipertensión arterial es determinante para evitar el deterioro silencioso que provoca en los órganos vitales. Dado que esta condición muchas veces no presenta síntomas evidentes, es fundamental promover el control de la presión arterial como rutina, incluso en personas jóvenes o aparentemente sanas. Detectar la enfermedad en sus etapas iniciales permite iniciar el tratamiento de forma oportuna, evitando complicaciones mayores como infartos, ACV o daño renal irreversible. Las campañas de concientización, los chequeos médicos regulares y el acceso a tecnologías de monitoreo domiciliario son herramientas esenciales para lograr diagnósticos precoces. Cuanto antes se actúe, mayores son las posibilidades de mantener una vida saludable y prevenir daños irreparables", añadieron desde Boreal Salud.
Prevenir la hipertensión arterial no solo reduce el riesgo de complicaciones graves, sino que también mejora notablemente la calidad de vida. Adoptar hábitos saludables desde edades tempranas, como una alimentación equilibrada, actividad física regular, control del estrés y sueño adecuado, es la mejor estrategia para evitar esta enfermedad silenciosa.
Asimismo, mantener un seguimiento médico periódico y conocer los antecedentes familiares permite anticiparse a posibles factores de riesgo. La prevención es más efectiva y menos costosa que el tratamiento de las complicaciones que puede generar la hipertensión.
Vivir sin hipertensión significa conservar la salud cardiovascular, evitar discapacidades y disfrutar de una vida activa y plena. La clave está en la conciencia, la educación y el compromiso con el propio bienestar.
