Opinión | 11/08/24

Análisis

La sombra de la impunidad: presos inocentes en la era de la corrupción

Lectura de una muerte anunciada.

Por Max Ale

La era de Alberto Fernández, marcada por la corrupción y la división, ha dejado una profunda huella en la sociedad argentina. La implementación de políticas de género, supuestamente diseñadas para proteger a las mujeres, se convirtieron en un instrumento para dividir y manipular a la sociedad.

El colectivo femenino, que debió ser un símbolo de unidad y lucha por la igualdad, se convirtió en un arma política para destruir familias y oponentes.

Sin embargo, hay una batalla que se libra en silencio, la de los presos inocentes que han sido víctimas de la impunidad y la corrupción. Hombres que han sido acusados y encarcelados sin pruebas, simplemente por ser hombres.

La lucha por demostrar su inocencia es un camino lleno de obstáculos, donde la presunción de culpabilidad pesa más que la verdad.

La impunidad reina en un sistema que se supone debe ser justo, pero que en realidad está diseñado para proteger a los poderosos y castigar a los débiles. Los presos inocentes son un recordatorio constante de la importancia de la justicia y la igualdad ante la ley.

Pero hay un grupo que sufre aún más, los pobres. Aquellos que no tienen recursos para defenderse, que no tienen voz para reclamar justicia. La corrupción y la impunidad los han dejado atrás, sin esperanza.

Es hora de hacer justicia, de escuchar las voces de los inocentes, de luchar por un sistema que sea verdaderamente justo. Es hora de que la justicia sea para todos, no solo para los ricos y poderosos. La Argentina dolida y dividida puede sanar, pero es necesario que se haga justicia y se construya un futuro basado en la verdad y la unidad.

Justicia para los pobres, justicia para los inocentes, justicia para Argentina.

¡Así Argentina!

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