El 15 de julio de 2022 se reunían en la ciudad de La Plata, el Intendente Alberto Descalzo (padre) de Ituzaingó y la jefa comunal de Moreno, Mariel Fernández, a los efectos de lanzar el acto licitatorio, construcción de calzada sobre puente del rio reconquista, de ingreso a la avenida Roca, que se mantenía ocupado irregularmente desde tiempos inmemoriales por construcciones precarias en manos de inmigrantes, (uno de ellos había colocado una maderera clandestina que ocupaba la acera).

La primera cuestión borrosa, la participación de la familia Descalzo (ahora el hijo controla el Municipio vecino), en una obra que está instalada totalmente sobre territorio morenense en su intersección con la colectora norte de la autopista Buen Ayre.

El monto de licitación se realizó con un presupuesto de 281 millones de pesos, el ancho de calzada fue fijado en 8 metros con 30 centímetros sobre una extensión de 71 metros lineales.

El financiamiento de la misma, fue íntegramente volcado por la provincia de Buenos Aires, a través de un crédito del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), o sea sobre deuda.

La obra fue inaugurada dos años exactos, después, con bombos y platillos y la presencia del gobernador Axel Kicillof, el intendente Pablo Descalzo (hijo) de Ituzaingó y la plana mayor del Movimiento Evita, que aprovecho la ocasión para demostrarle su total abyección al mandamás provincial.

Finalmente, el Gobierno de Mariel Fernández, acuso una finalización de obra de 1091 millones de pesos. Y aquí viene la gran incógnita: si la obra fue demorada por espacio de 24 meses, en la cual la inflación acumulada fue del 645 por ciento. ¿Cómo hicieron para pasar de los 281 millones iniciales a los 1091 millones finales?

¿La empresa contratada fue a pérdida? O simplemente se trató de una mascarada contable más, de la que deberán dar cuenta los responsables técnicos y funcionarios que hayan dejado el gancho en el papel; cuando se hayan retirado del poder.