Por Javier Solá

No fue un partido más. No solo porque fue el partido que retornó al banco a los hijos pródigos (Marcelo Gallardo lo es, pero Matías Biscay y Hernán Buján también lo son), si no porque se enfrentaba al puntero y era el partido previo al cruce por copa.

Y, durante un rato, pudimos ver algo de lo que queremos ver. River comenzó el partido como si en vez de Rayovac le hubieran puesto Energizer. Con un planteo ambicioso y ofensivo, tratando de presionar y recuperar la bocha lo más arriba posible.

Y esa asfixia dio resultado relativamente pronto cuando Claudio "Diablito" Echeverri logró anotar luego de un jugadón en el que participaron varios. Y, al toque, Adam Bareiro tuvo el segundo pero abrió el pie un milímetro más de lo que debía y el tiro se le fue ancho.

Y, como si con esa definición fallida alguien hubiera apretado el botón de off, a partir de ahí el equipo comenzó una caída libre que duró el resto del partido.

El Globo logró el empate luego de un error de Felipe Peña Biafore que dejó mal parado a todo el equipo. Y, a partir de ahí comenzó a crecer de forma proporcionalmente inversa a la caída de River.

El segundo tiempo fue todo de ellos. No ganaron porque en el fútbol a veces no gana el que lo merece y porque River tiene 2 campeones del mundo en su defensa.

2 campeones del mundo que, casualmente o no, fueron los puntos más altos de un equipo que evidenció una gran falta de confianza.

Cambió el cuerpo técnico pero los jugadores, salvo Germán Pezzella, son los mismos. Entonces Enzo Díaz volvió a jugar un partido entero sin tirar un buen centro.

Y Rodrigo Aliendro sigue siendo ese volante que no suma (y todos sabemos que en fútbol el que no suma resta). Y Milton Casco volvió a mostrar los problemas que tiene cuando juega por derecha. Y Pablo Solari te hace una bien y 3 mal. Y Santiago Simón es puro alboroto. Y Manuel Lanzini y Ignacio "Nacho" Fernández ya no son los que fueron. Y el equipo perdió hambre.

Lo bueno es que si no perdieron jugando así, cuando mejoren van a ser invencibles. El "Muñeco", en conferencia de prensa, dijo algo así como "que el empate no nos quite la ilusión". Yo elijo creer porque hay con qué.