Opinión | 28/02

Análisis

Los desafíos del sector agropecuario y la solución de la norma ISO 22000

La visión del director regional de G-CERTI Global Certification.

Por Fernando Arrieta

El sector agropecuario juega un papel fundamental en la economía global y la seguridad alimentaria, pero enfrenta numerosos retos que comprometen su sostenibilidad. Entre estos desafíos se destacan los efectos del cambio climático, que alteran los patrones tradicionales de cultivo, causan sequías y aumentan la frecuencia de fenómenos meteorológicos extremos.

Esto afecta directamente a la capacidad de los agricultores y ganaderos para mantener una producción constante, generando incertidumbre sobre la seguridad del suministro alimentario.

Problemas de calidad e infraestructura en la producción

Además del cambio climático, el control sanitario y la calidad de los productos agropecuarios son áreas críticas. La contaminación por plaguicidas, residuos químicos o la propagación de enfermedades zoonóticas son preocupaciones comunes, con graves repercusiones para la salud pública y para la reputación de los productores. Estos problemas no solo afectan la calidad de los alimentos, sino que también comprometen la confianza del consumidor, lo que puede generar grandes pérdidas económicas para los productores.

Por otra parte, muchas regiones agropecuarias carecen de acceso a tecnología de avanzada e infraestructura adecuada. La falta de sistemas de riego eficientes, maquinaria moderna y tecnología para mejorar los rendimientos y reducir las pérdidas post-cosecha limita la competitividad del sector. Además, las cadenas de distribución ineficientes y la volatilidad de los precios hacen que sea más difícil para los productores mantener estabilidad económica, lo que aumenta los riesgos financieros en un entorno ya complejo.

La norma ISO 22000 como solución estratégica

Ante esta serie de desafíos, la implementación de la norma ISO 22000 se presenta como una solución integral para mejorar la gestión de la seguridad alimentaria en el sector agropecuario. Este estándar internacional establece los requisitos necesarios para implementar un sistema de gestión de inocuidad alimentaria, que abarca todas las etapas de la cadena de suministro, desde la producción en campo hasta la entrega final al consumidor.

La adopción de la ISO 22000 permite a los productores reducir significativamente los riesgos de contaminación y brotes de enfermedades, lo que mejora la calidad de los productos y aumenta la confianza del consumidor. Además, el cumplimiento de esta norma facilita el acceso a mercados internacionales, ya que garantiza que los productos cumplen con las exigencias regulatorias de seguridad que imponen muchos países. Para los pequeños productores, este estándar ofrece una vía para mejorar su competitividad, posicionarse mejor en el mercado global y obtener nuevas oportunidades de exportación.

Beneficios a largo plazo

La implementación de la norma ISO 22000 garantiza la seguridad alimentaria y  contribuye a la eficiencia operativa del sector agropecuario. Al contar con un sistema estructurado de gestión, los productores pueden optimizar sus procesos, reducir costos operativos y mejorar su capacidad para adaptarse a las exigencias del mercado. Esto es relevante en un contexto donde los consumidores son cada vez más conscientes de la importancia de la calidad y la seguridad de los alimentos que consumen.

La adopción de la ISO 22000 proporciona al sector agropecuario una herramienta eficaz para enfrentar sus desafíos más urgentes, desde el control de la calidad hasta la mejora de la competitividad. Con este enfoque, los productores no solo podrán asegurar su sostenibilidad, sino que también contribuirán a la construcción de un sistema alimentario más seguro y confiable.

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