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CREA firmó la "Carta de Buenos Aires" junto a entidades técnicas de Chile, Brasil y Paraguay
Respecto a ganadería y lechería, celebró que el peso no se haya devaluado y que incluso se aprecie ligeramente, "lo que sostiene el poder de compra de los consumidores argentinos".

Legisladores de seis países sudamericanos conformaron este jueves en el Congreso Nacional el Espacio Parlamentario Agroindustrial Sudamericano, una instancia interparlamentaria destinada a coordinar una agenda de trabajo conjunta en favor del desarrollo agroindustrial de la región.

La iniciativa, presentada en el marco de la Segunda edición de la Cumbre Sudamericana AgroGlobal, fue organizada por el Comité Ejecutivo AgroBioIndustrial (integrado por CREA, Aapresid, FADA, ASA, Argentrigo, Acsoja, Maizar, Asagir y Coninagro) y coordinada por la Fundación Barbechando. El nuevo espacio agrupa al Frente Parlamentario Agropecuario de Brasil (FPA), el Espacio Legislativo Interpartidario del Agro (ELIA) de la Argentina, la Bancada Agropecuaria de Colombia y representantes del agro de Paraguay, Uruguay y Perú.
"La unión es el camino que tenemos por delante; deponer posiciones individuales y construir un frente común", afirmó Manuel Otero, director general del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), durante el acto de constitución.
Otero subrayó la necesidad de institucionalizar la iniciativa "para pasar de la palabra a la acción" y planteó que "el próximo 4 y 5 de noviembre, en Brasilia, cuando se reúnan los ministros de Agricultura de las Américas, se conforme un comité ejecutivo y le anuncie al mundo una agenda propia; necesitamos victorias tempranas para creer en nosotros mismos".
En paralelo, durante la cumbre, las principales instituciones técnicas del sector rubricaron la "Carta de Buenos Aires", un documento que establece una alianza regional comprometida con "el crecimiento del sector agroindustrial para lograr una mayor oferta de alimentos, con uso sostenible de los recursos y la disminución de la pobreza mediante inversión, producción, empleo productivo y desarrollo regional".
Firmaron la carta Jorge Sáenz Rozas (presidente de CREA), Tânia Zanella (presidente del Instituto Pensar Agropecuária de Brasil), Andrés Meneses (director de Políticas Públicas del Instituto del Pensamiento del Agro-AFIPA de Chile) y Héctor Cristaldo (presidente de la Unión de Gremios de la Producción de Paraguay). Se anunció que en el futuro podrían sumarse entidades técnicas de Uruguay, Colombia y Perú.
"La diversidad de nuestros países en trayectorias y visiones no es un obstáculo, sino el punto de partida para construir una agenda compartida", explicó Sáenz Rozas. A su vez, enfatizó la importancia de contar con "un espacio seguro, respetuoso y genuino de diálogo político, donde la confianza y la escucha activa sean tan importantes como los contenidos; un ámbito donde podemos disentir, debatir y aún así avanzar juntos".
El presidente de CREA destacó que la carta "no es un documento de coyuntura, sino una hoja de ruta a mediano y largo plazo que trasciende gobiernos, ciclos y fronteras" y definió al nuevo espacio parlamentario como "una apuesta al futuro; una esperanza para la cooperación como motor de desarrollo, teniendo el diálogo sincero y basado en ciencia como herramienta de construcción a largo plazo".
Impacto del nuevo esquema cambiario en el agro
En el mismo evento, el economista Santiago Giraud (CREA) analizó las implicancias para el sector agropecuario del nuevo régimen cambiario implementado en abril por el Gobierno nacional, destinado a normalizar la macroeconomía.
Giraud advirtió que "los cambios macroeconómicos van más rápido que las reformas estructurales" y que, aunque la unificación del tipo de cambio es clave para ordenar precios relativos, la apreciación del peso junto con los derechos de exportación erosiona la competitividad agrícola.
En el segmento agrícola, deslizó que "es necesario evaluar, caso por caso, la dinámica insumo/producto, ya que en el régimen anterior no siempre quedaba claro a qué tipo de cambio se valorizaban insumos, repuestos y maquinaria".
Respecto a ganadería y lechería, celebró que el peso no se haya devaluado y que incluso se aprecie ligeramente, "lo que sostiene el poder de compra de los consumidores argentinos". Sin embargo, advirtió: "La apreciación resta competitividad a los sectores exportadores, especialmente al cárnico vacuno, que aún paga un derecho de exportación del 6,7 por ciento".
Giraud destacó también la posible mayor volatilidad de costos de alimentación, dado que insumos dolarizados como semillas forrajeras, fertilizantes y balanceados podrían encarecerse rápidamente. Para mitigar riesgos, recomendó que el riesgo soberano descienda a al menos 400 puntos, para facilitar la refinanciación de deuda en condiciones razonables y remarcó que el Gobierno ya registra un resultado fiscal primario positivo, condición clave para la estabilidad macroeconómica.
Finalmente, señaló la importancia de acumular divisas genuinas (tanto por comercio exterior como por inversiones) y destacó que las reservas internacionales del Banco Central (BCRA), con respaldo del Fondo Monetario Internacional (FMI) y organismos multilaterales, se encuentran en un nivel adecuado para sostener la política cambiaria, siempre que se mantenga la llegada de divisas al país.



