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¡Cierra el Picódromo de Avellaneda! Denuncian persecución a una pasión popular

Según vecinos, organizadores y trabajadores del lugar, el cierre responde a una estrategia administrativa que terminó por asfixiar económicamente al espacio.

El histórico Picódromo de Avellaneda (un predio dedicado a las picadas y las carreras legales que funciona desde hace 35 años) cerró sus puertas por decisión del Ejecutivo municipal encabezado por el intendente Jorge Ferraresi.

¡Cierra el Picódromo de Avellaneda! Denuncian persecución a una pasión popular
Son varios los vecinos que alzan la voz.

Según vecinos, organizadores y trabajadores del lugar, el cierre responde a una estrategia administrativa que terminó por asfixiar económicamente al espacio.

Desde diciembre de 2024 se sucedieron reuniones entre representantes del Municipio y los responsables del predio, pero los organizadores afirman que no hubo acuerdo y que el Ejecutivo dio por terminada la relación con argumentos que, denuncian, no se corresponden con la realidad.

Lorena Andrada, vocera de la lucha por la reapertura, aseguró públicamente que Ferraresi sostuvo que los dueños habían vendido las tierras (una versión que los propietarios niegan) y que nunca se aprobó ni concretó venta alguna.

Los responsables y vecinos afirman que detrás del cierre hay intereses económicos privados. Relatan que el municipio avanzó con una rezonificación que, a su entender, fue irregular; que luego se impusieron tasas y montos que buscaban “ahogar” al Picódromo y facilitar la llegada de un actor privado con otros fines para el predio. Estas acusaciones son materia de reclamo y protesta en redes y en la propia comunidad afectada.

El impacto del cierre trasciende la actividad deportiva: el Picódromo generaba trabajo directo para al menos 30 personas, era fuente de consumo para comercios locales y colaboraba con clubes de barrio, centros de jubilados y actividades solidarias.

Además albergaba un refugio de animales con más de 50 ejemplares, cuya atención hoy depende del esfuerzo voluntario de quienes fueron expulsados del predio. Entre los afectados figuran talleres mecánicos que preparaban autos para competencias reconocidas (como el caso del taller Alifraco de Lanús) y vecinos vinculados a la comunidad fierrera, entre ellos familiares de personalidades del fútbol local. (Las cifras y nombres fueron proporcionados por los organizadores del Picódromo).

El predio también cumplía una función educativa: la Escuela Técnica 8 de Avellaneda “Gallardo” utilizaba la pista para que estudiantes practicaran con autos eléctricos desarrollados por ellos mismos, promoviendo la ciencia, la innovación y el trabajo en equipo entre jóvenes técnicos. La suspensión de esas actividades preocupa a directivos, docentes y familias por la pérdida de un espacio formativo. (Fuente: responsables del predio y docentes involucrados).

“Cerrar el Picódromo es volver a empujar a nuestros pibes a correr en la calle, poner en peligro vidas, destruir trabajo y cultura popular. Esto no es una clausura. Es una persecución al barrio, al deporte, a la pasión”, declaró Sebastián Franco, referente social y candidato a diputado bonaerense, tras reunirse con Lorena Andrada y escuchar el reclamo de cientos de vecinos.

La protesta por el cierre ya se hace visible en distintas plataformas y concentraciones locales que piden la reapertura.

Los vecinos y organizadores exigen al municipio que revea la decisión, presente documentación pública que explique las razones del cierre y ofrezca alternativas que preserven el empleo, la formación técnica y las actividades comunitarias que dependían del Picódromo.

Por ahora, la pista permanece cerrada y la comunidad promete mantener el reclamo hasta obtener una respuesta satisfactoria.

¡Cierra el Picódromo de Avellaneda! Denuncian persecución a una pasión popular
Volantes que se repartieron.
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