Por Francisco "Paco" Senno

Sobre todo, emocionante. Para muchos un desahogo y un renovar esperanzas. 

Por lo demás, muy transversal, tanto generacional como sectorialmente, no sólo desde lo gremial, sino desde las ideas políticas. 

No recuerdo en la historia cercana, escuchar a referentes y voceros del conservadurismo y de lo más rancio de nuestra sociedad, apoyar este tipo de protestas y, al mismo tiempo, señalar la estupidez y la soberbia del Gobierno.

No sólo estuvieron los estudiantes de la universidad pública. Marcharon los estudiantes de UADE, estudiantes de UCA, estudiantes del Di Tella, con toda seguridad marcharon votantes de Milei (muchos de ellos que tanto se quejaban del fanatismo de enfrente), las declaraciones del presidente demuestran que son peores. No sólo ignorantes: son fanáticos llenos de odio. Son peores.

A su vez, el Gobierno compró lo peor de los propios: "Era una marcha para voltear a Javier Milei", intentaron instalar. Con Patricia Bullrich como ariete, lanzando dardos que no encontraron eco en sus decires.

Y como "no pasó nada", para ellos la marcha fue un fracaso. 

El éxito de la marcha es su heterogeneidad y la construcción a futuro que permite. Veremos cómo sigue esto que sobrepasó a la dirigencia. Veremos si será todo de abajo para arriba o, nuevamente, si quienes construyeron este presente, intentarán contener (en el peor sentido) este impulso.

Empieza un nuevo capítulo. Para muchos fue casi una fiesta, y está muy bien. Sirve para cargar las pilas. 

Pero, atentos, que las negras también juegan...