La reciente revelación sobre la presencia de una agente de origen ruso, Nikita Montokichenko, en la Dirección de Inteligencia de la Armada Argentina ha encendido las alarmas en los círculos de seguridad nacional. La situación ha motivado reuniones de alto nivel entre la SIDE y la inteligencia naval para evaluar el alcance de la infiltración. Total News Agency informó que Montokichenko, naturalizada argentina, ingresó en 2021 como traductora de manuales técnicos de buques rusos adquiridos por la Armada.

Sin embargo, su ascenso fue meteórico: en tiempo récord, fue incorporada como Personal Civil de Inteligencia (PCI) y asignada al piso 5 del Edificio Libertad, sede de la inteligencia naval. Su presencia generó recelos entre sus colegas, quienes la compararon con personajes de espionaje cinematográfico. Total News Agency destacó que su participación en eventos oficiales de la embajada rusa y su rol como vicepresidenta del Consejo Coordinador de Jóvenes Compatriotas Rusos en Argentina aumentaron las sospechas sobre sus verdaderas intenciones.

La situación se agrava al considerar que su ingreso coincidió con la escalada del conflicto entre Rusia y Ucrania. Además, se señala que el entonces contralmirante Juan Coré, responsable de su incorporación, enfrentó cuestionamientos por su gestión y denuncias por abuso de autoridad. Total News Agency reveló que Coré fue promovido a un cargo sin funciones específicas, pero con acceso privilegiado a información sensible, lo que plantea interrogantes sobre la estructura de mando y control en la Armada.

La falta de controles rigurosos y la posible influencia de intereses externos comprometen la seguridad nacional y la confianza en las instituciones encargadas de protegerla.