Opinión | 01/10
Análisis
No ligamos
El segundo tiempo fue otra cosa.
Por Javier Solá
Si se volviera a jugar el partido entre River y Talleres 10 veces más, con desarrollos similares, estoy seguro de que el "Millo" no pierde ninguno. El fútbol tiene estas cosas. A veces no gana el mejor, o el que lo merece. No ligamos, así de simple.
Comenzó mejor el local e, incluso, Miguel Borja tuvo el primero con un tiro cruzado. Pero Guido Herrera, el muy buen arquero que tiene la "T", llegó a meter el manotazo salvador. El equipo de Marcelo Gallardo tenía el partido controlado y parecía cuestión de tiempo para poder gritar el primero. Pero las fatalidades ocurren en el fútbol.
Y en una jugada intrascendente en la que el Marcos "Huevo" Acuña aseguró la bocha pasándosela atrás a Paulo Díaz, pasó lo que nadie esperaba que pase. El chileno se resbaló y se cayó, dejándole la redonda servida a Federico Girotti, que eludió magistralmente a Franco Armani y definió con un toque suave. Perdíamos uno a cero un partido que el rival no había hecho nada para ganar.
El resto del primer tiempo vimos a un "Millo" nervioso e impotente. Y a un Talleres que aprovechó el desconcierto rival para hacerse de la posesión de la pelota, aunque no llegó a crear peligro extremo.
El segundo tiempo fue otra cosa. Los cordobeses casi no pasaron la mitad de cancha y los de Núñez probaron de todas las maneras posibles. Incluso los cambios del "Muñeco" fueron bien ofensivos. La "Banda" salió a buscar el resultado como hace rato no lo hacía. Pero no se pudo.
Cuando no la tapó Herrera, la sacó Juan Portilla, o algún otro jugador visitante. Por ahí se abusó de los centros y no todos los tiros de larga y media distancia fueron bien direccionados. Pero lo cierto es que River vendió cara la derrota.
A mí criterio, hubo un penal no cobrado por falta a Franco Mastantuono. Y otro contra Ignacio "Nacho" Fernández que, por lo menos, era para que el árbitro vaya a ver el VAR. Pero cuando no estás de racha, hasta esas chances te sacan.
Perdimos el primer partido desde que está este cuerpo técnico. Si el título era difícil antes, ahora es casi imposible. Pero no hay que bajar la guardia porque estamos palo a palo con Racing buscando un lugar en la Libertadores del año que viene.
Claro que si ganamos el certamen continental, clasificaremos sin necesidad de hacer cuentas. Hay que poner todas las fichas ahí, porque ayer quedó demostrado que en el torneo local no tenemos la suerte que se necesita para ser campeón.