Política | 25/05

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¡Pánico en el PJ bonaerense! Cristina Fernández de Kirchner en alerta roja mientras Milei teje una alianza explosiva con el PRO

El Presidente busca seducir los sectores "amarillos" del diputado Cristian Ritondo.

La interna del peronismo bonaerense alcanzó niveles de máxima tensión en los corrillos de La Plata: tras la revelación de la cena secreta entre Javier Milei y el histórico dirigente de Propuesta Republicana (PRO), Cristian Ritondo, en la Residencia de Olivos, el kirchnerismo activó un pedido de "emergencia" para desdoblar las elecciones provinciales y evitar lo que ya consideran una debacle inminente.

En la quinta sección electoral, el temor se respira en cada pasillo: voces del entorno de Cristina Fernández de Kirchner urgieron al gobernador Axel Kicillof a adelantar las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO) a septiembre y la elección general a octubre, con la esperanza de detener el derrumbe antes de que se haga incontenible.

Sin embargo, La Plata respondió con un portazo: "Ir a elecciones creyendo que vamos a perder es suicida", confesó un allegado al mandatario, descartando de plano cualquier movimiento de calendario.

La fractura interna resulta aún más evidente cuando los gobernadores y la mayoría de los intendentes del PJ bonaerense suben el tono de sus gestiones, actuando de manera autónoma e incluso rivalizando con La Cámpora (LC) local.

Ese "despoder irreversible" del kirchnerismo en su principal bastión electoral se ve reflejado en la ausencia de una convocatoria unificada: mientras la expresidenta ensaya discursos y actos propios, el ala dura del peronismo platense prefiere mantenerse al margen.

Del otro lado del mostrador político, Javier Milei ha acelerado el armado de un frente opositor que incluya al PRO y a fuerzas liberales.

Tras 2 horas de puja en Olivos, Ritondo y Milei acordaron una boleta unificada (la conocida "violeta") con la mira puesta en arrebatarle diputados y senadores al peronismo.

El nombre fuerte será José Luis Espert, confirmado como cabeza de lista, mientras que varias figuras del establishment macrista quedaron marginadas: Victoria Villarruel, Jorge Macri, Silvia Lospennato y Ramiro Marra, acusados de "operar en contra" del oficialismo libertario, se quedaron sin espacio en la mesa chica del nuevo bloque.

El contraste quedó en evidencia el mismo 25 de Mayo: mientras Milei eligió el Tedeum en la Catedral acompañado de su Gabinete (sin la presencia de Villarruel), Cristina Kirchner optó por un acto propio en el Club Saldías, con un discurso cargado de críticas al rumbo económico nacional.

Fue la primera vez en años que la vicepresidenta no caminó junto al Presidente tras el oficio religioso, un símbolo más de la grieta que hoy atraviesa la grieta bonaerense.

Con vistas a octubre, el peronismo enfrenta un dilema mayúsculo: reforzar la unidad para intentar estabilizar su bastión o resignarse a la pelea desorganizada que augura un triunfo contundente de la alianza Milei–PRO.

En los pasillos del PJ se habla ya de "última oportunidad" para recuperar el pulso político, mientras que los halcones libertarios ultiman detalles para desplegarse en todos los distritos clave de la provincia.

La pulseada está servida: si Cristina Kirchner no logra unificar al peronismo bonaerense en las próximas semanas, el riesgo de una derrota histórica se asoma más real que nunca. Y en la vereda de enfrente, Milei y Ritondo afinan su frente electoral con la certeza de que, esta vez, el asalto al principal feudo justicialista podría ser imparable.

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