Como se sabe desde siempre, el ex gobernador santafesino Hermes Binner necesitaba ganarle al Partido Justicialista (PJ). Era el año 2005 y se necesitaban fondos para la campaña del 2007 como sea. De cualquier forma... 

Su ex chofer y amigo, el peruano Marcos Escajadillo, le propuso hacer una reunión con Antonio Bonfatti, el cual ya tenía vínculos aceitados con él. Por lo que aceptó y los carteles de la droga iniciaron una financiación de su campaña para gobernador en 2007.

Todo inició con Bonfatti como jefe de campaña y Escajadillo de "valijero" (fuentes oficiales pueden corroborar en aduana los viajes que realizaron juntos al Perú a cerrar el acuerdo). La garantía de ese nexo fue el entonces proyecto de urbanización de Puerto Norte, que sería compartido por socialistas y narcotraficantes, ya que las agencias de autos no serían suficientes activos para lavar las cantidades de dinero que les ingresaría de llegar la izquierda al poder y liberarles la plaza (tal y como ocurrió a partir de 2007).

Los lazos funcionaron como engranajes y llegó el momento de pagar las cuentas, lo cual se refleja claramente en el incremento de los índices de homicidios en la provincia de Santa Fe por la ocupación de los territorios por parte de los nuevos aliados sobre los viejos dueños del negocio.

Las operaciones daban increíbles ganancias a unos y otros. Llegadas las elecciones de 2011 el sector de Binner-Bonfatti-Escajadillo no está dispuesto a entregar el poder, y el entonces gobernador logra imponer a su ministro de Gobierno como candidato.

Al asumir como gobernador Antonio Bonfatti, este liberó toda la provincia de Santa Fe a los negocios de sus socios promoviendo a cargos de poder a policías corruptos como Hugo Tognoli, y recibiendo sumas millonarias a través de su "valijero" Escajadillo.

En medio de tanta impunidad asegurada, los carteles deciden ingresar al negocios de los boliches para manejar también la distribución y tomar la rentabilidad de otro eslabón en la cadena. Y así se lo hacen saber a su socio Bonfatti quien arregla el desembarco de Luis Medina en Rosario con la franquicia del boliche Esperanto, que abre sus puertas el 11 de agosto de 2012.

Miguel Lifschitz había sido desairado impidiéndole una candidatura a gobernador de Santa Fe, que le pertenecía por derecho propio, y es sabido en los circulos rojos, que la droga pertenecía a la línea Binner-Bonfatti-Escajadillo, y los boliches y las prostitutas a la línea deñ ex aspirante y los radicales aliados (ver el caso supergatitas de Trigueros).

Con Esperanto inaugurado, el entonces nuevo concejal rosarino Roy Lopez Molina, toma la voz cantante de los bolicheros que no están dispuestos a ceder sus espacios. Este reclamo es "atendido" por la intendente Mónica Fein, quién aprovechando el lobby del edil, salvaguardando los negocios de su jefe político y sus aliados, revocando la habilitación y clausurando la disco.

En febrero del 2013, Esperanto cierra definitivamente. Luis Medina acuciado por las deudas que tomó para abrir el local le reclama reiteradamente a Bonfatti que cumpla con su parte del trato. Pero el entonces gobernador no se va a arriesgar a una guerra interna con Miguel Lifschitz y decide darle largas al rosarino, quién estaba urgido por sus capitalistas para devolver el dinero teniendo que poner en venta sus propiedades entre las que se encontraba un departamento en Puerto Norte (producto del lavado de activos, tal como lo señalaramos al principio).

Medina acorralado y con un mercado de las drogas en Rosario convulsionado por la muerte del Claudio "Pájaro" Cantero llama a Bonfatti exigiéndole el reintegro de lo abonado por la habilitación de Esperanto, pero el mandatario provincial no vuelve a atenderle el teléfono.

Luego de esto, Medina, desesperado, decide mandar a balear la casa del entonces gobernador el 11 de octubre de 2013, quién aparece en público desencajado asustado e incrédulo de lo que había sucedido. Bonfatti entendió el mensaje en ese mismo instante, y decidió que era hora de terminar esa relación y mandar un mensaje claro a todos los socios sobre quien era el jefe.

Luis Medina es asesinado el 30 de diciembre de 2013. Bonfatti entra en pánico por lo que fue una ejecución desprolija, en una zona liberada, sumamente pública, y ventilada en todos los medios (agravada por la muerte de la joven y bella Justina Perez Castelli, novia del rosarino) y recibe la peor de las noticias: la policía encuentra una computadora en la habitación del hotel donde se alojaba, y 2 teléfonos celulares.

Bonfatti sabe que su teléfono aparece en los registros de las comunicaciones de medina, y decide enviar al hotel a 2 de sus hombres de confianza (Javier Echaniz y Martín Degratti) a borrar todo vestigio de su vinculo con el narco asesinado.

Echaniz y Degratti se llevan la computadora y los teléfonos a santa fe y hacen copia de todo el contenido. Saben que trabajan contra reloj. Tienen poco tiempo hasta que se descubra la maniobra. Modifican el contenido de la computadora, protegiendo a su jefe, y alteran los registros para que no pueda reconstruirse su maniobra en las pericias que seguramente se ordenarán posteriormente.

Con ese flanco cubierto, Bonfatti ordena conducir por una partida ilegal de la policía al padre de Justina a la casa de provincia de buenos Aires que compartía la pareja asesinada en el country Haras del Pilar donde retiran los otros 5 teléfonos de Luis Medina salvando la situación de Bonfatti. Con él a salvo era hora de atar los cabos sueltos y asesinan al comisario inspector Guillermo Morgans, quién estuvo a cargo de todas las operaciones.

Ramón Ezequiel "Monchi Cantero" Machuca en su juicio, dijo: "¿Y sabe que cuando a Luis Medina lo matan, los primeros en llegar al lugar fueron los de la Brigada de Judiciales? El segundo en llegar fue el juez Juan Carlos Vienna, y los terceros fueron el procurador Barraguirre y la fiscal María Eugenia Irribarren. Todo eso no salió en ningún lado”.

Como premio, Vienna fue sobreseído por su relación con el padre del Martín "Fantasma" Paz (comprobada por la foto de su viaje juntos a Las Vegas), y Echaniz fue galardonado con excelentes negocios desde el estado, y es hoy quien maneja los fondos en la Cámara de Diputados de la provincia, presidida por Antonio Bonfatti.

Con todos los extremos asegurado, Bonfatti desiste de la querella por la balacera a su casa, para que no se ahonde en la investigación de las verdaderas causas. La gestión de fue la que mas sangrienta en la historia de la provincia de Santa Fe, con la mayor tasa de homicidios.

Se comenta también que Binner firmo acuerdos con la DEA, la que aconsejó permitir que haya varias bandas para que se maten entre ellos.