Por Javier Solá

Antes que nada quiero aclarar que no vi el partido de ayer, así que no voy a escribir ni una línea del papelón que supone perder con Riestra (a cuyos jugadores califiqué en su momento de semi amateurs por los horrores técnicos que habían cometido en aquel partido).

Ahora bien, si no escribo del partido... ¿Para qué me siento a escribir? Tengo la necesidad de hacer una carta abierta al señor Martín Demichelis.

Martín, quiero decirte que no tengo nada en tu contra. Es más, soy de los que cuando se te nombró en el cargo se ilusionó porque te creo cuando decís que amas a River y te duele cada derrota.

Pero tenés que reconocer que la cosa no está funcionando. No le estás encontrando la vuelta. Y ya ni siquiera es un tema de resultados. La gente (hablando en forma generalizada) no te quiere y no te va a querer sin importar cuántos títulos ganes. Y yo no sé si es cierto que te llevas bien con el plantel, pero sí se que no potenciaste a ninguno. Es más, los buenos jugadores (salvo los tres de jerarquía internacional) juegan peor después de un tiempo de estar bajo tus órdenes.

Entonces nos encontramos con que tenemos un plantel de estrellas de cabotaje que pueden perder con cualquiera. Porque, seamos francos, cualquier equipo bien parado y con un rapidito que arme un contraataque nos complica la vida. Ya son varios los papelones. Y cada vez más seguidos.

Ya hace un tiempo que estás en el cargo. Se van acabando las excusas. No podés decir que este plantel no lo armaste vos porque ya pasaron 2 mercados de pases.

Tampoco podés decir que te armaron el cuerpo técnico porque ya pasó un tiempo prudencial. Si alguno no te sirve o no te gusta, ya deberías haberlo cambiado.

Y ni siquiera podés echarle la culpa a los dirigentes, ya que si están en la boludez o haciendo negocios en detrimento del equipo (lo sospecho pero no me consta), ya tendrías que haber pegado el portazo.

Los equipos son el reflejo de su conductor. Y yo lo que veo es falta de confianza. No sé qué les decís a los muchachos en las charlas técnicas, pero evidentemente o el mensaje es pobre, o no les está llegando.

Ya está Martín. Es de necios seguir atornillado en un lugar en el que no te quieren. Sting cantaba si amas a alguien, déjalo libre. Si tanto querés a River, mostrá un gesto de grandeza y dale el timón a otro. Seguir en el cargo es solo estirar la agonía.