Policial y judicial | Ayer

Fallas estructurales

En Pilar, la Justicia de Familia queda en la mira por decisiones polémicas

Hay casos en que se restituyó la tenencia de menores a padres con antecedentes de abuso.

La jueza de familia Sabrina Laura Citraro renunció a la causa que inició un hombre para adoptar a un hijo luego de las denuncias por las graves irregularidades que cometió y ahora el expediente pasó al Juzgado de Familia número 1 de Pilar.

Se trata del caso en el que el abogado Marcelo Mendoza inició el proceso para adoptar a Esteban, un joven que falleció en medio de la dilación que la magistrada aplicó en el expediente.

En Pilar, la Justicia de Familia queda en la mira por decisiones polémicas
Documentación de la causa.

Mendoza denunció a Citraro por los delitos de amenazas, secuestro coactivo, privación ilegal de la libertad, abuso de autoridad y falsa denuncia, luego de un episodio que sufrió el pasado 7 de julio último.

En esa jornada Mendoza fue citado por la jueza y en el transcurso del encuentro la magistrada lo amenazó, lo obligó a permanecer encerrado con custodia policial dos horas y dijo que lo iba a denunciar por amenazas.

A la denuncia de Mendoza se sumaron en los últimos días 12 víctimas más de maniobras irregulares de la jueza Citraro.

En las nuevas denuncias figura un caso en el que entregó a un nene al padre a pesar de que hay pruebas de que el hombre ejerció violencia sexual y física en contra del menor, y otro en el que no deja vincular a una mujer con sus dos hijos desde hace dos años.

El Consejo de la Magistratura y la Secretaría de Enjuiciamiento de Magistrados y Funcionarios Judiciales analizan la posibilidad del inicio de un juicio político a la jueza por la demora y sentencia arbitraria que efectuó en el caso de adopción que inició Mendoza.

Mendoza sufrió en carne propia el accionar de la jueza en un caso de adopción, en el que la magistrada mostró desinterés, y culminó con una sentencia tardía y arbitraria.

El hombre inició el trámite de adopción de Esteban Aranda, ya cuando éste último era adulto, pero la dilación en el expediente terminó en polémica.

En el transcurso del expediente Esteban falleció sin que se concretara la adopción y Mendoza continúa con la demanda ya que Aranda tuvo un hijo, y lo quiere reconocer como abuelo.

En el escrito presentada en la Secretaría mencionada, y al que tuvo acceso NOVA, Mendoza indicó que “mi hijo Esteban Ezequiel Aranda tenía la necesidad y anhelo al igual que yo de darle un marco jurídico a nuestro vinculo paternofilial, por lo que decidimos avanzar en ello y comenzar un proceso legal de adopción plena, con la particularidad de que Esteban al momento de comenzar este proceso, ya era un adulto, lo cual simplificaba el proceso de adopción encuadrándolo en un proceso sumario”.

En el escrito Mendoza continúa: “Que siendo un expediente que requería ser tratado con la debida diligencia y ciencia jurídica, más aún que mi hijo Esteban se encontraba residiendo en ese momento en la localidad de Esquina, provincia de Corrientes, resulta que, tanto para mí, como para mi hijo, este proceso legal era un pilar en nuestras vidas y con el esfuerzo que ameritaba continuarlo”.

“En las entrevistas del equipo técnico tanto Esteban como yo, hemos prestado nuestro consentimiento de manera expresa e inequívoca en convertirnos en padre e hijo de manera legal, ya que el derecho de familia nos ampara, y la adopción es un instituto que contempla casos que a veces requieren un abordaje más profundo”, agregó.

Sin embargo, Mendoza sostuvo que la jueza Citraro “so pretexto de ser subrogante en dos Juzgados de Familia y próximamente serlo de un tercero, justificó su manifiesto desinterés, sentencia arbitraria y tardía en la causa”, ya que “cumplidos los pasos procesales y estando listos los autos para dictar sentencia, por motivos que jamás quedaron claros, se demoró dos años y algunos meses para expedirse”.

Mendoza acudió personalmente en diferentes oportunidades al Juzgado de Familia 3 a pedir una entrevista con Citraro y siempre obtuvo evasivas y negativas.

Tras el repentino fallecimiento de Esteban, el 30 de marzo 2024, Mendoza no abandonó el proceso de adopción pues el joven era papá de un pequeño niño.

Mendoza señaló: “Mi nieto, que se constituiría en mi único heredero forzoso al quedar establecida la adopción”.

Sin embargo, Citraro instó medidas que eran de carácter plenamente dilatorias, tendientes a que desistiera de la acción legal, para lo cual indicó que debía intervenir -entre otras medidas innecesarias-, el Asesor de Menores siendo que Esteban era mayor de edad al momento de impulsar la adopción, como también que deberían notificar por cedula a los padres biológicos.

El abogado denunciante indicó que “hace unos días me notifico de la sentencia con un resultado desfavorable, escrita con escuetas palabras que denotan desidia judicial y desinterés, alegando que como Esteban falleció no puede dar su consentimiento y esto es un derecho personalísimo”.

“Citraro evidentemente ignoró el derecho personalísimo de mi hijo cuando fue entrevistado y afirmó que estaba de acuerdo con ser mi hijo adoptivo, pues ya socialmente lo era, pero ahora habría alcances jurídicos, que en un estado de derecho son fundamentales”, agregó Mendoza.

“La jueza olvidó la voz de Esteban para sumergirse en su propio egoísmo, soberbia y torpeza judicial”, apuntó previo a recordar que “como solución supletoria, me dijo ‘haga una donación a favor de su nieto Francesco y listo'”.

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