Con la firma aún pendiente ante la Justicia electoral, Propuesta Republicana (PRO) bonaerense y La Libertad Avanza (LLA) ultiman detalles para competir juntos en las elecciones provinciales del 7 de septiembre.

A 2 días del cierre del plazo para inscribir frentes, las fuerzas que encabezan Cristian Ritondo (PRO Buenos Aires) y Javier Milei (LLA) registran un acuerdo sólido en lo estratégico, pero conviven con tensiones por el control de las listas y el sello electoral.

Aprobación interna y mandato a Ritondo

El viernes 4 de julio, la Asamblea y el Consejo Directivo del PRO bonaerense autorizaron por unanimidad al presidente de bloque en Diputados, Cristian Ritondo, a "sellar coaliciones con fuerzas que frenen al kirchnerismo", entre ellas LLA.

En el congreso partidario estuvieron presentes figuras como Diego Santilli, Néstor Grindetti y varios intendentes PRO, quiénes otorgaron vía libre a Ritondo para conformar un frente antiperonista bajo la marca "La Libertad Avanza" con boleta violeta.

Ritondo celebró el respaldo interno, pero aclaró: "Tenemos mandato para avanzar, aunque aún resta definir el armado de las listas en los distritos".

Puntos de fricción: listas, colores y apoderados

Aunque PRO cedió en dejar el nombre y el color violeta (idéntico al de LLA), varios intendentes de la línea macrista expresaron su preocupación por la "intervención" libertaria en sus territorios.

Reclaman garantizar "lapicera" propia para el armado local de candidaturas, y temen verse "pintados de violeta" sin participación efectiva. Desde LLA, en cambio, destacan la flexibilidad de Ritondo frente a los tiempos más rígidos de algunos referentes del PRO, y aseguran que: "El objetivo común de derrotar al kirchnerismo prima sobre las diferencias internas; confiamos en que el miércoles 9 todo quedará formalizado".

Ambas fuerzas coinciden en que el cronograma político apremia. El acuerdo, por demás pragmático, se prueba en el día a día de la rosca local: desde Vicente López hasta La Matanza, donde intendentes PRO y dirigentes libertarios deberán acordar candidaturas y repartir espacios de poder territorial.

El pacto PRO–LLA simboliza el reordenamiento de la oposición bonaerense frente al kirchnerismo de Axel Kicillof: amalgama estructuras partidarias consolidadas con el impulso electoral de Milei. Sin embargo, la supervivencia de tensiones internas y la necesidad de consensos locales ponen a prueba su resistencia.

De aquí al 9 de julio, la atención se centrará en si Ritondo logra aplacar las resistencias amarillas y si Milei mantiene su disciplina de silencio (hasta entonces) para no desbordar el proceso de concreción formal. Sólo entonces sabremos si este frente será la unión de 2 fuerzas o un simple acuerdo de conveniencia.