En los últimos años, la ciudad de Mar del Plata ha sido escenario de una escalada en la modalidad criminal conocida como "entradera", un término informal para referirse a los robos con allanamiento de viviendas.

Este fenómeno, lejos de ser un concepto académico, ha sacudido a la comunidad bonaerense, particularmente en Mar del Plata, donde la delincuencia organizada ha encontrado un terreno fértil para operar.

Los datos son alarmantes: según la Procuración General, desde la sanción de la Ley 26.637, los delitos contra la propiedad han aumentado exponencialmente, con pronósticos nada alentadores para 2024-2025.

En Mar del Plata, al menos 30 casos mensuales de este tipo de delitos se registran, según el portal de la Universidad Nacional de Mar del Plata (UNMdP).

Las entraderas se clasifican en varias modalidades, desde el "embudo", donde los delincuentes coinciden con la entrada de los residentes, hasta el método "vigía", donde uno de la banda actúa como centinela. El engaño también es una táctica común, con falsos correos o empleados de servicios públicos que aprovechan la confianza de los ciudadanos para forzar su ingreso.

El marco legal no ha sido ajeno a este aumento, con la creación de la Unidad Funcional de Instrucción y Juicio 13 en abril de 2015, tras el asesinato de Arturo Canales y una serie de crímenes similares. Esta unidad, especializada en robos calificados, ha intentado poner freno a esta ola de inseguridad.

Durante la gestión del ex intendente Gustavo Pulti, se trabajó en el tema específico de las entraderas a ciudadanos españoles e italianos, recibiendo asesoramiento de la destacada doctora Laura Cabero, quien se desarrollaba en el área de Tercera Edad en el Municipio. Este enfoque en la protección de los adultos mayores fue crucial, dada la vulnerabilidad de este grupo demográfico.

A partir del año 2020 y hasta la fecha, se ha observado un incremento significativo de las entraderas a adultos mayores, una tendencia preocupante que ha llevado a una revisión de las políticas de seguridad y protección específicamente para este sector de la población.

Entre las bandas más notorias, destacan:

• La Banda de los Giménez en 2016, quienes se especializaron en seleccionar viviendas mediante engaño. Uno de ellos fue capturado en 2017, fue condenado por el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 3 con penas consideradas leves.
• "La Banda de la Enfermera", operativa durante el aislamiento de la Pandemia, cometió 15 entraderas entre junio y octubre de 2020, recibiendo condenas de solo 3 años.
• "La Banda del Millón", con al frente, ha llevado a la cárcel preventiva a varios ex policías y civiles en una operación que revela posibles corruptelas policiales. Su caso está ligado al robo en el edificio Cabo Corrientes y a cambios en la cúpula policial de Mar del Plata en 2021.
• Uno de los integrantes de La Banda de los Giménez volvió a las andadas post-liberación, perpetrando más entraderas hasta su recaptura en 2022, ahora en un penal de régimen semiabierto en Baker.
• "La Banda del Gordo Postre" recibió la condena más dura hasta la fecha, 25 años, por el TOC 4, tras una serie de robos que sacudieron tanto Mar del Plata como el Conurbano.

Y, más recientemente, "La Banda de Espías y Roba Llaves" ha comenzado a operar, clonando llaves y actuando en zonas como Los Troncos y Güemes, mostrando que la lucha contra este tipo de criminalidad sigue siendo un reto para las autoridades.

El aumento de estas actividades delictivas no solo refleja una crisis de seguridad sino también cuestiones de Justicia y penas que no siempre parecen ajustarse a la gravedad de los delitos. La comunidad marplatense espera acciones más contundentes y efectivas para devolver la tranquilidad a sus calles y hogares, especialmente para proteger a los más vulnerables, los adultos mayores.