En la mañana de este 30 de diciembre de 2024, la Argentina despide a una de las figuras más emblemáticas del periodismo nacional. Jorge Lanata, quien revolucionó la manera de informar y narrar la realidad, falleció a los 64 años en el Hospital Italiano de Buenos Aires, donde se encontraba internado desde junio tras sufrir un infarto durante un estudio de rutina.

Su partida deja un inmenso vacío en el mundo de las comunicaciones y en el corazón de los argentinos. Lanata fue mucho más que un periodista; fue un visionario y un pionero.

Su estilo crítico, incisivo y a menudo controvertido marcó un antes y un después en la manera de abordar la investigación periodística. Fundador de medios icónicos como el diario Página/12, que en 1987 redefinió el periodismo de investigación en el país, y Crítica de la Argentina, un espacio que apostó por el análisis profundo y la pluralidad de voces, Lanata siempre fue un innovador.

En la televisión, su impronta fue igualmente transformadora. Con programas como "Día D" y el icónico "Periodismo Para Todos" (PPT), llevó al gran público temas que otros evitaban, poniendo el foco en la corrupción, las injusticias y los desafíos estructurales de la Argentina.

Su capacidad para conectar con las audiencias, combinando rigor periodístico con una narrativa atrapante, le ganó tanto admiradores como detractores, pero nunca dejó a nadie indiferente.

A lo largo de su carrera, Jorge Lanata no solo desafió al poder político y económico, sino también las limitaciones de su propia salud.

En los últimos años, enfrentó valientemente problemas médicos graves, incluyendo una isquemia intestinal que requirió varias cirugías. A pesar de estos obstáculos, continuó trabajando, demostrando una determinación inquebrantable por ejercer su profesión hasta el último momento.

Más allá de sus logros periodísticos, Lanata fue también un escritor prolífico. Obras como "Argentinos", "Muertos de amor" y "26 personas para salvar al mundo" reflejan su inquietud por explorar la complejidad de la sociedad argentina y global, así como su compromiso con la memoria histórica.

Jorge Lanata deja un legado inmenso. Fue un maestro para generaciones de periodistas que vieron en él un ejemplo de ética profesional, creatividad y valentía. Su capacidad para cuestionar y desentrañar la realidad, sin miedo a las críticas o las consecuencias, lo convierten en un referente indispensable de la historia del periodismo argentino.

Hoy, la Argentina llora a un hombre que nunca dejó de hacer preguntas. Su voz se apaga, pero su legado vivirá por siempre en las redacciones, en las pantallas y en las bibliotecas. Jorge Lanata no solo informó: inspiró.

Y en ese acto de inspirar, logró algo que pocos consiguen: ser inolvidable.