
Economía | 13/04
Caos
Restricción a la compra de dólares en efectivo: ¿Un nuevo "Corralito"?
¿Qué significa esta medida y cómo se compara con aquel episodio histórico?

El Gobierno ha implementado una nueva medida que limita la compra de dólares en efectivo a 100 dólares por mes para personas físicas, según lo dispuesto en la comunicación "A 8226" del Banco Central de la República Argentina (BCRA).
Esta restricción ha desatado un debate acalorado: mientras algunos la ven como un "corralito encubierto", otros sostienen que no se asemeja al traumático "Corralito" de 2001.
¿Qué significa esta medida y cómo se compara con aquel episodio histórico? A continuación, exploramos los detalles, las similitudes y las diferencias.
¿Qué implica la restricción actual?
Desde el 11 de abril de 2025, los argentinos solo pueden adquirir hasta 100 dólares en efectivo por mes en bancos o casas de cambio. Sin embargo, las operaciones digitales, como compras a través de homebanking o transferencias bancarias, no enfrentan este límite, lo que genera preguntas sobre la lógica de la medida.
El Gobierno asegura que busca controlar el flujo de divisas físicas para estabilizar la economía y proteger las reservas, en un contexto de alta inflación y devaluación del peso.
El secretario de Finanzas, Pablo Quirno, explicó que "la restricción es a la compra en efectivo", enfatizando que no afecta otros tipos de transacciones. Sin embargo, esta distinción no ha calmado las críticas ni disipado la confusión entre los ciudadanos, muchos de los cuales dependen del dólar como refugio ante la inestabilidad económica.
El "Corralito" de 2001: un recuerdo doloroso
El término "Corralito" remite a una de las crisis más oscuras de la historia argentina. En diciembre de 2001, el Gobierno de Fernando De la Rúa congeló las cuentas bancarias y restringió los retiros de efectivo a 250 pesos por semana, como respuesta desesperada a una crisis financiera que amenazaba con colapsar el sistema.
La medida, conocida como el "Corralito", dejó a millones de argentinos sin acceso a sus ahorros, desencadenando protestas masivas, caos social y una desconfianza duradera hacia los bancos y el Estado.
¿Similitudes con el pasado?
La restricción actual ha llevado a algunos a trazar paralelos con el "Corralito". Entre las similitudes destacan:
- Control estatal: ambas medidas reflejan una intervención del Gobierno para evitar la fuga de capitales y estabilizar la economía en tiempos de crisis.
- Impacto en la libertad financiera: tanto el "Corralito" como la limitación a la compra de dólares restringen las opciones de los ciudadanos para manejar su dinero, alimentando la percepción de pérdida de control.
- Contexto de inestabilidad: En ambos casos, las políticas surgen en un entorno de inflación alta y fragilidad económica, lo que las hace inevitables para algunos y opresivas para otros.
Voces críticas han sido contundentes. Un usuario en redes sociales afirmó: "No podés comprar más de 100 dólares con dinero en efectivo: limitas las compras que antes podrías hacerlo hasta 200. Es una restricción a comprar dólares peor que había anteriormente. Y las restricciones pueden ser parciales o totales: estás restricciones son llamadas corralitos".
Otro comentario, del subsecretario porteño César Ángel Torres, advirtió: "Es un corralito encubierto. Guarden este tuit".
Diferencias clave
A pesar de estas similitudes, las diferencias son significativas y merecen atención:
- Alcance de la restricción: el "Corralito" bloqueó el acceso directo a los fondos en cuentas bancarias, mientras que la medida actual solo limita la compra de dólares en efectivo, dejando intactos los retiros en pesos y las operaciones digitales.
- Gravedad del impacto: en 2001, la vida cotidiana se vio trastornada de inmediato por la imposibilidad de acceder a los ahorros. Hoy, el efecto es más específico, afectando principalmente a quienes buscan dolarizar sus ingresos en efectivo.
- Objetivo declarado: el "Corralito" fue una medida de emergencia para evitar el colapso total del sistema financiero; la restricción actual se presenta como un ajuste dentro del "cepo cambiario" para proteger las reservas.
Un comentario en redes sociales resume esta postura: "No, esto no es un corralito. El "Corralito" de 2001 congeló cuentas y limitó retiros, causando una crisis. La política actual elimina controles cambiarios, permite comprar hasta 100 dólares al mes en efectivo y libera el acceso a divisas para otras operaciones".
El economista Roberto Cachanosky también cuestionó la lógica oficial: "Si hay una restricción solo para el efectivo, entonces el cepo no se levanta. No se entiende por qué no se puede comprar más de 100 dólares por mes en efectivo".
Voces desde la calle
Para muchos argentinos, el dólar es más que una moneda: es una defensa contra la inflación galopante. La restricción a 100 dólares en efectivo al mes complica esta estrategia, especialmente para quienes no confían en los canales digitales o necesitan efectivo para transacciones específicas.
"Quería comprar dólares para un viaje, pero con este límite no llego ni cerca de lo que necesito", lamentó un vecino de Buenos Aires que prefirió no dar su nombre.
El Gobierno, por su parte, insiste en que la medida es un mal necesario. El ministro de Economía, Luis "Toto" Caputo, ha defendido estas políticas como una forma de "cuidar la plata de la gente", aunque las explicaciones oficiales no han logrado apaciguar las dudas.
Un debate abierto
La restricción a la compra de dólares en efectivo no es un corralito en el sentido estricto, pero su eco histórico es innegable. Si bien no paraliza el sistema financiero como en 2001, reaviva temores de control estatal excesivo y subraya la vulnerabilidad económica de Argentina. Para algunos, es una medida pragmática; para otros, un paso hacia la pérdida de libertades financieras.
El desafío para el gobierno será demostrar que esta política fortalece la economía sin alienar aún más a una población cansada de crisis y restricciones. Mientras tanto, el debate sigue vivo: ¿es este el preludio de un nuevo corralito o solo un ajuste pasajero? Solo el tiempo, y la evolución de la economía, lo dirán.
