
Política | 16:36
Exclusivo
Un Topo por el Mundo en Annobón: la versión prohibida del influencer argentino
Se trata del "doble vara" Pablo Levinton Fruchtengarten.

El sábado 30 de agosto de 2025, el Teatro Radio City (San Luis 1750) de Mar del Plata se llenó de expectativa. Los marplatenses que se acercaron a escuchar al creador del canal Pablo Levinton Fruchtengarten, Un Topo por el Mundo, uno de los influencers viajeros más reconocidos del país, esperaban encontrarse con un relato en primera persona sobre su polémico paso por Annobón.
La noticia apareció en un periódico sensacionalista, decía simplemente que una isla africana quería anexarse a la Argentina. https://t.co/5JYCajekhR
— Un Topo por el Mundo (@faivelsnm) September 14, 2025
Se trata de la isla africana recientemente señalada por Naciones Unidas (ONU) en una resolución que condena las políticas genocidas del régimen de Guinea Ecuatorial y que supo estar vinculada al Virreinato del Río de la Plata en tiempos coloniales, llegando a depender política e institucionalmente de Buenos Aires.
Lo que escucharon en el teatro fue mucho más duro y descarnado que la versión suavizada que luego vieron publicado en su canal de YouTube. En una nota exclusiva, La Postal de Mar del Plata presenta lo más destacado.
Entre la censura y la crudeza
Durante su presentación en Mar del Plata, el influencer no se guardó nada: habló de prostitución de menores, de personas secuestradas, de agua imposible de consumir, de pedidos desesperados de auxilio, de condiciones de vida deplorables, de contaminación insufrible, del aislamiento absoluto de la isla y de la falta total de higiene y servicios básicos.
También contó que fue víctima de una vigilancia constante y de múltiples aprietes. En más de una ocasión, las autoridades le obligaron a borrar material sensible. "No queremos que muestres estas cosas feas", le dijeron. Fue trasladado de una casa a otra, con la excusa de mejorar su estadía, pero en realidad para controlarlo mejor.
El Topo incluso relató que llegó a la isla gracias a un influencer llamado Junior, un influencer vinculado a la dictadura de Obiang.
"Era hacerse amigo del comisario o terminar flotando en el agua"
Uno de los pasajes más impactantes de su testimonio fue la descripción del comisario local, que lo controlaba a cada paso: “Era hacerse el amigo del comisario o terminar flotando en el agua de la isla de Annobón”.
Lo comparó, junto al suboficial que lo acompañaba, con dos caricaturescos Sargento García de una película de Olmedo y Porcel. Pero detrás de esa imagen pintoresca, el trasfondo era siniestro: "Siempre me venía a buscar para ir a escabiar. En un momento subo a su auto y había un niño atrás. Le digo: ‘¿Y este niño?’. Y me dice: ‘No, soy una niña'. ‘Está conmigo’. Y yo pensaba: ‘La concha de su madre, tengo que avalar a este pedófilo de mierda’".
Velorios, miedo y desesperanza
El relato incluyó anécdotas que rozan lo absurdo. Una de ellas, cuando sin otra actividad para hacer, terminó en un velorio: “Era un tipo de 53 años y me decían que festejaban la muerte porque morirse era mejor que vivir en el infierno de Annobón”.
También habló de mensajes de auxilio que le llegaban de manera clandestina. “Cada persona que hablaba conmigo la llevaban a declarar. La persona que me hospedó los primeros dos días está presa. Uno me puso un papel en el bolsillo que decía: ‘Léelo cuando vuelves al cuarto’”.
La tensión era permanente. Según cuenta, esta persona le aconsejó que tenga cuidado: “Se me acerca y me dice: ‘Está todo el mundo siguiéndote’”, recordó.
Tribalismo y persecución
Uno de los momentos más duros de la charla fue cuando explicó las diferencias étnicas que estructuran la opresión en Guinea Ecuatorial. “Vos no comés porque sos annobonés”, citó como ejemplo del extremo al que llega esta marginalidad.
El Topo explicó que la isla está controlada por la etnia fang, que domina todo el aparato estatal, mientras que los annoboneses son tratados como súbditos, sin acceso a poder, alimentos ni dignidad.
Dinamita, tortura y silencio forzado
Al regresar de Annobón, el influencer se enteró de otro hecho espeluznante: el gobierno había dinamitado viviendas para construir un puerto y un aeropuerto, destruyendo casas y dejando a decenas de familias en la calle.
Treinta y seis personas firmaron una carta de auxilio al presidente de Guinea Ecuatorial. La respuesta fue brutal: un avión los trasladó a la capital, donde estuvieron presos y torturados durante un año. Recién volvieron a Annobón tres semanas antes de su visita. Según narró, uno de esos sobrevivientes fue quien le alcanzó clandestinamente un papel pidiendo ayuda.
La experiencia del viaje
Más allá de las denuncias, el Topo relató detalles de su travesía: la imposibilidad de comprar pasajes online, la precariedad de los vuelos y barcos hacia la isla, la falta total de internet y electricidad, y la experiencia de volar en el que “los pasajeros del avión iban sentados uno arriba del otro”.
El sello en su pasaporte al ingresar a Annobón lo dejó perplejo: “Es como si vas a la isla Martín García y te ponen entrada y salida en el pasaporte, siendo que es Argentina”.
Un testimonio único, entre la censura y el coraje
Annobón es una isla que alguna vez dependió del Virreinato del Río de la Plata y que hoy se encuentra aislada, reprimida y sumida en la miseria por el régimen de Teodoro Obiang Nguema Mbasogo, el dictador más longevo del mundo.
El influencer argentino logró entrar y sobrevivir para contarlo, a costa de vigilancia, persecución y censura. Si bien el video publicado en YouTube mostró solo una parte del horror, su presentación en Mar del Plata dejó en claro lo que significa hoy vivir en Annobón: un infierno que se oculta detrás de paisajes paradisíacos.
