En una jugada política digna de un thriller, Javier Milei acabó fulminantemente con Franco Mogetta como secretario de Transporte y cedió la cartera a Luis Pierrini, un hombre de confianza del dúo infalible: Luis "Toto" Caputo y Santiago Caputo.

La operación, lejos de ser un simple cambio de sillón, es un auténtico "castigo ejemplar" para quienes osen desafiar al Presidente libertario.

El ajuste de cuentas tras el escándalo $Libra

El detonante de la caída de Mogetta fue su cercanía con el "cordobesismo" de Juan Schiaretti. Cuando los diputados de la provincia dieron luz verde a una investigación por el escándalo cripto que salpica al propio Milei y a su hermana Karina Milei, el ex secretario de Transporte se convirtió en objetivo oficial.

Según fuentes internas, la orden fue clara: quien deje en evidencia la supuesta "pureza libertaria" pagará las consecuencias.

De los pasillos de Economía al control total

La salida de Mogetta no solo persigue "disciplina política", sino también la expansión del poder de los "hermanos" Caputo. Con Luis Caputo exigiendo a Pierrini que "despolitice" el área y Santiago Caputo amasando influencia directa en las empresas estatales, la Secretaría de Transporte se perfila como nueva joya de la corona económica.

¿La meta? Unificar la Comisión Nacional de Regulación del Transporte (CNRT), la Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV) y la Junta de Seguridad en el Transporte (JST) bajo un mando único… Y 100 por ciento caputista.

¿Paro al borde del abismo?

Mientras tanto, el reloj corre: la Unión Tranviarios Automotor (UTA) amenaza con un paro total el próximo martes 6 de mayo si no mejora un 8 por ciento su salario para cubrir la inflación.

Las empresas ofrecen pagos no remunerativos escalonados de hasta 70 mil pesos, pero Economía ya advirtió: "Ni un peso más en subsidios ni tarifas al alza". Si Pierrini no logra un milagro conciliador, usuarios de colectivos, trenes y micros de larga distancia pueden verse con los brazos cruzados sin previo aviso.

El nuevo secretario bajo la lupa

Luis Pierrini, un empresario mendocino del sector asegurador, asume con el desafío de coser en tiempo récord a las agencias fusiladas y sofocar el incendio sindical. ¿Tendrá el liderazgo para doblegar a los caprichos de la UTA y frenar la hemorragia política que él mismo encendió?

Con el Congreso en guardia y la calle al rojo vivo, Milei acaba de demostrar que en su Gobierno no hay espacio para la disidencia. La gran pregunta que recorre despachos y andenes es: ¿Será Pierrini el artífice de la paz social… O presenciará el incendio total del transporte público argentino?