
Política | Ayer
¡Se viene!
¡Bomba en la Cuarta Sección Electoral bonaerense! Intendentes kicillofistas amenazan con dinamitar las listas del PJ
El gobernador bonaerense sigue profundizando las internas en el peronismo.

En un verdadero tembladeral político, los intendentes peronistas de la Cuarta Sección Electoral bonaerense, alineados con el gobernador Axel Kicillof, encendieron la mecha: exigen que uno de sus "fieles" figure en alguno de los 3 primeros lugares de la lista al Senado provincial, hoy copados por Cristina Fernández de Kirchner, Sergio Massa y sus acólitos.
De lo contrario, aseguran, harán temblar la estructura electoral de Unidad Provincia. "Si no salimos en el 'Top 3', aquí explota todo", advierte un jefe comunal con despacho en La Plata.
Los datos duros no mienten: Unidad Provincia pone en juego siete bancas y necesita retener las tres más fuertes para no ceder terreno ante el kirchnerismo duro. Pero el "plan tercios" kicillofista (que propone repartir a partes iguales las tres primeras ubicaciones entre cada una de las "tribus" peronistas) abrió una crisis sin precedentes.
En 2021, Walter Torchio, Malena Defunchio y Juanci Martínez monopolizaron los sitiales de privilegio; hoy, los alcaldes del Movimiento Derecho al Futuro (MDF), la columna vertebral de Kicillof en la región, exigen su porción del pastel.
Germán Lago (Alberti), Luis Pugnaloni (Hipólito Yrigoyen) y Carlos Ferraris (Leandro Alem), junto a otros 4 mandatarios, han cerrado filas tras el "ultimátum": "Es hora de equilibrar la balanza", sentencian.
Pero la interna no termina ahí. El massismo, herido por la salida de Martínez en 2023, contraataca para recuperar su banca perdida. Con 3 intendentes e impulsado por la férrea presión de Alexis Guerrera (presidente de la Cámara de Diputados), ratifican su voluntad de arrebatar puestos a La Cámpora (LC), que por ahora solo cuenta con Pablo Zurro como bastión local.
La Unión Cívica Radical (UCR) y Propuesta Republicana (PRO) también observan atentos: el primero ya gobierna cinco municipios y decidirá si pacta con Kicillof o Massa; el segundo, con dos distritos fuertes como Junín, se frota las manos ante cualquier grieta.
Mientras tanto, el peronismo bonaerense se desangra por dentro. ¿Se encaminará hacia una tregua de último minuto o explotará definitivamente en plena campaña de medio término? Lo cierto es que, en la Cuarta, el reloj corre y el reloj electoral no perdona.
