En una carta abierta publicada en el marco de una polémica denuncia penal, Vivian Perrone, integrante de la Asociación Madres del Dolor y madre de Kevin Sedano, expresó su apoyo a los funcionarios de tránsito Darío Antiñolo, subsecretario de Tránsito de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA), y Leandro Ricciardi, titular general del Cuerpo de Agentes de Tránsito.  

El mensaje surge tras la denuncia presentada por la periodista y diputada Marcela Pagano contra ambos funcionarios. Según se detalla, ella habría iniciado acciones legales mientras acompañaba a su bebé recién nacido en Navidad, un contraste que las madres de víctimas de accidentes de tránsito no dejaron pasar.

"Nosotros no tenemos a nuestros seres queridos debido a conductores imprudentes que no respetaron la Ley Vial y terminaron con la vida de nuestros hijos", expresó Perrone.  

La controversia gira en torno al respeto de las normas viales y la aplicación de leyes internacionales. Si bien el Tratado Internacional de Viena otorga inmunidad diplomática a ciertos individuos, Perrone subraya que esto no exime a las personas de cumplir con las leyes y reglamentos del Estado receptor. "Circulando en una ciudad, hay leyes básicas como el respeto al semáforo, no tapar las rampas para discapacitados, no conducir en estado de embriaguez, que deben respetarse", enfatizó.  

En su declaración, Perrone y los familiares de la Asociación Madres del Dolor recalcaron que el respeto a la vida debe ser el derecho máximo a proteger en cualquier sociedad. "Damos nuestro total apoyo a Antiñolo y Ricciardi, ya que la inmunidad diplomática no los exime de cumplir la ley", concluyó.  

La Asociación Madres del Dolor, formada por familiares de víctimas viales, lleva años trabajando en la concienciación sobre la seguridad vial y en la lucha por la justicia para las víctimas de accidentes de tránsito. Este respaldo público a los funcionarios pone de relieve la importancia de fortalecer las normativas viales y garantizar su cumplimiento, independientemente del estatus o privilegio de quienes las infrinjan.