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¡Escándalo en Mar del Plata! Gastón Herrera, el "hombre de la seguridad" que deja a la ciudad en la lona
Se trata de la figura escogida "a dedo" por el ex intendente Gustavo Pulti.

La semana pasada, en un encuentro que prometía respuestas, las entidades del Sur de General Pueyrredón se sentaron cara a cara con Gastón Herrera, el flamante representante de Seguridad bonaerense en Mar del Plata. Sin embargo, lo único que cosecharon fue un amargo sabor institucional.
A la cita (que trascendió gracias a filtraciones de fuentes internas) asistieron también Edgardo Andrés Vulcano, actual jefe de la Departamental local, y varios dirigentes del Ministerio de Seguridad de la provincia. Nada más cruzar la puerta, los dirigentes advirtieron el tono diplomático de la reunión, pero pronto descubrieron que detrás de las promesas no había sustento real.
"Fue un trago amargo", confesó uno de los representantes de las entidades del Sur, quien prefirió mantener su nombre en reserva. La sensación generalizada fue de indignación: tras horas de diálogo, la única "buena noticia" anunciada por Herrera fue la suspensión de partidas clave.
"Nos dijeron que 'se bajó presupuesto para la compra de camionetas y la realización de multiagencia'. Lo cual es medio raro. Utilizan la Policía para hacer política", sentenció una fuente anónima con conocimiento directo de lo ocurrido.
Con el histórico ex intendente y diputado provincial Gustavo Pulti como antecedente de gestión y promesas cumplidas, Herrera no tardó en quedar en evidencia. Lejos de reforzar la seguridad, su gestión parece inclinarse hacia la enmarañada burocracia política, dejando a Mar del Plata expuesta a las críticas y sin armas para enfrentar los desafíos de la seguridad ciudadana.
Mientras tanto, las entidades del Sur ya analizan nuevas medidas de presión y convocan a la comunidad a mantenerse alerta: "Aquí no vino a resolver nada, vinieron a recortar nuestra capacidad de respuesta", advirtieron con preocupación colectiva. El reloj de la inseguridad sigue corriendo y, de momento, nadie en la Provincia parece tener las ganas (ni el presupuesto) para ponerle un freno.
