El ex diputado nacional y presidente del partido UNIR bonaerense, Alberto Asseff, dio una charla en la Peña Barracas sobre "La oportunidad geopolítica del país".

Asseff primeramente habló del escenario geopolítico y geoestrategico en el marco de la nueva doctrina de seguridad nacional que elaboró el gobierno de Donald Trump en cumplimiento de una obligación constitucional ante el Congreso.

Esa doctrina contiene en esencia dos novedades trascendentales: la prioridad para Estados Unidos es el hemisferio occidental (léase las Americas desde el Artico al Polo Sur incluidos) y el anticipo de un desligamiento de Washington con Europa a la que el documento prevé que caerá en un proceso "incivilatorio" producto de las transformaciones negativas que aparejará el proceso inmigratorio masivo que experimenta el Viejo Continente.

La doctrina de Trump va más allá: establece límites a la expansión de la OTAN, la organización militar de los países atlánticos del hemisferio norte. Esto señala que los norteamericanos prevén centrar su interés en nuestro continente. 

En este contexto. Asseff dijo que ante el manifiesto interés de Washington por la América Latina nuestra reacción podría ser como antaño de rechazo o por el contrario entenderla como una oportunidad histórica.

El Gobierno de Javier Milei es evidente que ha decidido mantener un vínculo estrecho con Washington. Ahora esa relación debería pasar a ser realmente estratégica en varios planos: la seguridad del Atlántico Sur, la negociación por la soberanía de las Malvinas, Georgias y Sándwich del Sur, la Antártida, el puerto de Ushuaia, la integración política y económica de América del Sur y una mejor cooperación de toda América Latina.

Porque si EEUU aspira a sellar una alianza firme y duradera en todo el hemisferio occidental debe propender a erradicar la división política que la tiene fragmentada, la corrupcion sistémica, el crimen organizado incluido el narcotrafico, la pobreza, el rezago tecnológico y en el caso argentino la sobrevivencia de una insostenible situación colonial con la usurpación de sus islas.

Si EEUU no quiere la influencia china deberá ayudar a que objetivos como construír un puerto estratégico (pórtico hacia y desde la Antártida) se traduzca en una pronta realidad. "Te ayudo a que este continente sea seguro y próspero y en tu estrategia global. Me ayudaras en mis objetivos de consolidar mi soberanía y mi desarrollo", sería el eje del acuerdo Hemisferico. 

Asseff alertó sobre el atraso tecnológico de nuestra América Latina reflejado en los recursos que dedicamos a Investigación y Desarrollo (I+D) en comparación con el mundo desarrollado: 4 por ciento del PBI el mundo avanzado mientras nosotros asignamos el 0,6.

Hay una realidad: quien emergerá como ganador en tecnología: inteligencia artificial, computación cuántica, biotecnología, ciberseguridad tendrá el control por no decir el dominio mundial.

"La oportunidad para nosotros es la de subirnos al tren de la historia es decir al del progreso prodigioso de la tecnología. Es la única competencia que nos asegura que en el horizonte cercano la pobreza y la ignorancia serán pesadillas del pasado superado", afirmó Asseff.