Otros Municipios | 31/01
Exclusivo
General Rodríguez: entre el escándalo político y el abandono urbano
El jefe comunal Mauro García en medio toda la controversia.
La política en General Rodríguez atraviesa momentos turbulentos. En el epicentro de las disputas está la concejal Silvia Filgueira, conocida como "Chyfu", quien no solo es la pareja del intendente Mauro García, sino también una figura clave en el armado político del oficialismo local desde la presidencia del bloque kirchnerista en el Concejo Deliberante.
Su influencia sobre las decisiones del jefe comunal, según fuentes del Municipio, no siempre responde a cuestiones políticas sino también a disputas de orden personal. Su estilo de liderazgo mezcla la cercanía con los sectores más humildes y una imagen de "vecina común", aunque su repentino crecimiento económico genera interrogantes.
Entre el poder y la controversia
Filgueira se encamina a buscar la reelección como concejal dentro del espacio gobernante. Sin embargo, su historial político y personal está marcado por episodios de tensión, incluyendo un sonado conflicto con el intendente García, donde lo denunció en redes sociales por violencia.
Aquel episodio, según testigos, tuvo repercusiones que incluso involucraron a un tercero, un trabajador del sector lechero que, tras un presunto altercado con allegados del intendente, decidió abandonar la ciudad.
Mientras tanto, el Sindicato de Trabajadores de la Industria Lechera (ATILRA) mantiene influencia en el Ejecutivo municipal. Su secretario general, Héber Ríos, busca posicionarse políticamente pero con cautela, consciente de que primero debe consolidar su liderazgo gremial. En tanto, el intendente García, identificado con La Cámpora, estaría evaluando un posible distanciamiento de la estructura conducida por Santiago Eduardo "Lalo" Revora.
Crisis institucional y urbana
En medio de este torbellino político, General Rodríguez enfrenta un estado de abandono alarmante. Vecinos denuncian un crecimiento de la inseguridad, con entraderas que dejan entrever la posible complicidad policial.
A esto se suman los basurales municipales descontrolados, la falta de bacheo y un puente en condiciones deplorables que se ha convertido en símbolo de la desidia.
Además, el intendente estaría obstaculizando un importante emprendimiento inmobiliario que podría generar numerosos puestos de trabajo, lo que ha generado críticas de distintos sectores.
Otro foco de controversia es el uso del Hospital Oftalmológico Municipal, presuntamente convertido en un negocio particular que habría financiado inversiones privadas, como la compra de ganado, propiedades y vehículos de alta gama.
Relaciones peligrosas y política de supervivencia
Entre los nombres que giran en torno a la gestión municipal aparece Javier Acuña, un proveedor municipal conocido en el ambiente local, quien protagonizó un accidente en estado de ebriedad y ahora se habría convertido en un operador clave dentro del Gobierno comunal.
La estrategia de García de mantener relaciones con distintos sectores políticos parece desmoronarse. Mientras la crisis se profundiza, surgen interrogantes: ¿Es esto el principio de una nueva etapa o el fin de un ciclo político en General Rodríguez?
Por ahora, lo único seguro es que la ciudad vive un momento de alta tensión política y social, y que las próximas elecciones podrían redefinir el mapa de poder local.