Política | 07:00

¿Al final era testimonial?

¡Karina Milei le pide de rodillas a Manuel Adorni que siga siendo vocero presidencial!

La secretaria general de Casa Rosada no quiere que el contador público abandone el Gabinete.

En una movida que mezcla lealtad política y estrategia futura, Karina Milei, conductora de La Libertad Avanza (LLA) y secretaria general de la Presidencia, impulsa que Manuel Adorni continúe en la Casa Rosada como vocero, pese a que fue electo legislador porteño y jurará su banca el próximo 10 de diciembre.

El debate interno gira en torno a si es compatible que Adorni desempeñe simultáneamente su rol de portavoz oficial y ocupe un escaño en la Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA). Varios asesores del Gobierno sostienen que, "a priori", debería dedicarse exclusivamente al cuerpo legislativo, pero Karina Milei valora el "perfil comunicacional" del contador público y no está dispuesta a prescindir de su voz en los anuncios de gestión.

En el entorno presidencial se subraya que la decisión de retener a Adorni no es puramente coyuntural: existe la intención de fortalecerlo como figura pública de cara a la carrera por la Jefatura de Gobierno porteño en 2027. Según fuentes oficiales, su desempeño en la campaña y la simpatía que generó en los medios lo posicionan como un potencial candidato "de pura cepa" de La Libertad Avanza dentro de 2 años.

Tras un breve receso motivado por la preocupación de evitar "críticas opositoras", el vocero retomará esta misma semana las conferencias de prensa desde el histórico segundo piso de Balcarce 50. Está previsto que conduzca ruedas de prensa el miércoles y el jueves próximos, en las que el Gobierno anunciará nuevas medidas referidas a infraestructura y políticas sociales.

La pulseada por mantener a Adorni en la vocería presidencial refleja, por un lado, el énfasis de Karina Milei en consolidar un equipo de comunicación cohesionado y, por otro, su voluntad de tejer futuras candidaturas en espacios de poder clave. En los próximos meses, la Casa Rosada y el Palacio Legislativo porteño tendrán que ajustar detalles para compatibilizar agendas y evitar conflictos de competencia.

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