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Polémica en el Club Universitario de La Plata: sospechas de lavado de dinero tras la contratación de Sergio "Cachito" Vigil
El mítico entrenador volvió al hockey argentino.
La reciente incorporación de Sergio "Cachito" Vigil como director estratégico del hockey en el Club Universitario de La Plata ha generado una fuerte controversia entre los socios de la institución.
A pesar del prestigio del ex entrenador de Las Leonas, la principal inquietud gira en torno a la financiación de su contrato, que algunos estiman en unos 5 mil dólares mensuales por una sola visita al club cada mes.
Una cifra escandalosa en tiempos de crisis
Según fuentes internas del club, Vigil reside actualmente en Chile, lo que implicaría un gasto adicional de otros 5 mil dólares para cubrir sus traslados a la Argentina. Este gasto elevado ha despertado el enojo de los socios, quienes ven con preocupación el aumento de las cuotas y el desembolso de una suma millonaria en un contrato que, para muchos, resulta insostenible.
Los socios denuncian que la cuota mensual del club ya asciende a 60 mil pesos, a lo que se suman 20 mil adicionales por la práctica de hockey. Además, existe una obligación impuesta de abonar 22 cuotas de 30 dólares mensuales, lo que complica aún más la situación económica de muchas familias en un contexto de crisis inflacionaria.
Las sombras de Galland y Alak
Detrás de la contratación de Vigil, las miradas apuntan a Marcelo Galland, quien, según rumores, estaría financiando la operación. Algunas versiones sostienen que este esquema podría esconder un presunto lavado de dinero en complicidad con el intendente de La Plata, Julio Alak.
La falta de transparencia en la asignación de fondos y la creciente presión económica sobre los socios han fortalecido estas sospechas.
Reclamos y malestar en la comunidad del club
Los socios han manifestado su indignación y exigen explicaciones a la dirigencia del club. "No podemos seguir pagando estas cifras mientras nos aumentan la cuota y nos exigen pagos en dólares. Es insostenible", expresó uno de los afectados.
Hasta el momento, ni Galland ni Alak han dado explicaciones sobre el origen de los fondos para financiar a Vigil, lo que no hace más que alimentar el descontento y las dudas sobre la transparencia de esta operación.
La situación sigue escalando y, de no haber respuestas concretas, no se descartan medidas de protesta por parte de los socios, quienes buscan frenar lo que consideran un gasto desmedido e injustificado en medio de una economía en crisis.