
Política | 16/04
Libertad de expresión
FOPEA condenó los ataques de Milei contra periodistas en un clima de tensión para la libertad de prensa
El foro se enfrentó nuevamente al Presidente.

El Foro de Periodismo Argentino (FOPEA) ha emitido un enérgico repudio a los agravios lanzados por el presidente Javier Milei contra destacados periodistas del país, en un episodio que ha encendido las alarmas sobre el deterioro de la libertad de prensa en Argentina.
FOPEA deplora las expresiones agraviantes y violentas del presidente Javier Milei hacia periodistas en el marco de una extensa entrevista emitida este lunes y manifiesta su preocupación por la reiteración de un discurso hostil que estigmatiza a quienes ejercen el periodismo. pic.twitter.com/AEgquSiyoe
— FOPEA (@FOPEA) April 15, 2025
A quienes acusó de “envenenar a la gente”, “mentir” y “operar” para generar perjuicios económicos, en una escalada verbal incompatible con la investidura que representa.
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Este tipo de expresiones, pronunciadas por quien ejerce la máxima autoridad institucional del país, trascienden el terreno de la crítica legítima y se convierten en un mensaje de confrontación, intolerancia y violencia con consecuencias reales.
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como los que han sufrido colegas de distintas líneas editoriales durante coberturas públicas recientes.
— FOPEA (@FOPEA) April 15, 2025
La libertad de prensa no es un privilegio del sector, sino una garantía para toda la ciudadanía.
— FOPEA (@FOPEA) April 15, 2025
El rol presidencial no habilita el agravio, lejos de ello exige templanza. La deslegitimación constante del periodismo desde el poder no contribuye a resolver los problemas del país: los encona y nos aleja del imprescindible ejercicio del diálogo democrático.
— FOPEA (@FOPEA) April 15, 2025
Los insultos, dirigidos específicamente a Jorge Fernández Díaz, Carlos Pagni y Alfredo Leuco, fueron realizados durante una entrevista en el canal Neura con Alejandro Fantino el 15 de abril. Este incidente marca un nuevo capítulo en la tensa relación entre el gobierno de Milei y los medios de comunicación, en un contexto de creciente polarización y desafíos económicos para la prensa.
En la mencionada entrevista, Milei no escatimó en descalificaciones personales y acusaciones graves contra los periodistas. A Fernández Díaz lo tildó de "impresentable, mentiroso, repugnante", mientras que a Pagni lo acusó de "operar para que haya una devaluación" y de no importarle "que millones de argentinos caigan en la pobreza con tal de seguir cobrando el sobre de su jefe".
Estas declaraciones, cargadas de un tono agresivo y confrontacional, no solo atacaron la integridad profesional de los periodistas, sino que también insinuaron corrupción y deslealtad hacia el país, sin presentar pruebas concretas que respalden tales afirmaciones.
La respuesta de FOPEA no se hizo esperar. En un comunicado titulado "El agravio no es respuesta", la organización deploró las "expresiones agraviantes y violentas" del presidente, subrayando que "la libertad de prensa no es un privilegio del sector, sino una garantía para toda la ciudadanía".
FOPEA también recordó que "el rol presidencial no habilita el agravio, lejos de ello exige templanza", y advirtió que "la deslegitimación constante del periodismo no contribuye a resolver los problemas del país: los encona y nos aleja del imprescindible ejercicio del diálogo democrático". Este pronunciamiento refleja la profunda preocupación por el clima de hostilidad que tales declaraciones generan para el ejercicio libre y crítico del periodismo.
Este episodio no es un hecho aislado. Desde su llegada al poder, Milei ha mantenido una relación conflictiva con la prensa, caracterizada por acusaciones de parcialidad y corrupción. En marzo de 2024, durante su discurso ante la Asamblea Legislativa, el presidente ya había generado controversia al referirse a "periodistas ensobrados", lo que motivó otro repudio de FOPEA.
Un informe de la misma organización reveló que, en los primeros 100 días de su Gobierno, 4 de cada 10 agresiones a la prensa involucraban a Milei o a sus ministros, con ocho episodios directamente protagonizados por el presidente. Este patrón de comportamiento pone en evidencia una estrategia deliberada de confrontación que amenaza con erosionar las bases de una prensa libre e independiente, pilar fundamental de cualquier democracia saludable.
