Opinión | 25/07

Análisis

La culpa no es del chancho

Lo que ví me alcanzó para ratificar lo que publiqué antes del receso por la Copa América.

Por Javier Solá

Antes que nada debo decir que, por distintos motivos, no ví ninguno de los últimos partidos enteros.

Pero lo que ví me alcanzó para ratificar lo que publiqué antes del receso por la Copa América. El ciclo de Martín Demichelis está completamente acabado y no creo que pasemos a Talleres en la Copa Libertadores.

Entonces pasará lo que pronostiqué en mí nota anterior: vamos a haber desperdiciado la oportunidad de cambiar al técnico antes de un mercado de pases y con tiempo para que el nuevo pueda conocer al grupo y trabajar "sin urgencias". Ahora ya está. Todo lo que se haga de acá a fin de año serán manotazos de ahogado.

Pero... ¿Demichelis es el gran culpable de este momento de River? Yo creo que no. Si es culpable de no tener un gesto de grandeza e irse por las suyas. Pero no tiene la culpa de que lo hayan ido a buscar, ni de que lo sigan manteniendo en el cargo.

Debe ser muy difícil largar la dirección técnica de un club como River. Y más si te criaste en el club y sos hincha (Demichelis lo es).

Por eso, está decisión debería tomarla un tercero. Y me estoy refiriendo al trío que toma las decisiones en el club: Jorge Brito, Matías Patanian y Enzo Francescoli. No tengo pruebas, pero tampoco dudas de que los tres están más enfocados en hacer negocios que en hacer lo mejor para River. Y que, además, a ellos también les queda grande el puesto que ocupan.

¿Y el equipo? Si nos guiamos por lo que muestran en la cancha, deberíamos suponer que le están haciendo la cama al director técnico. No se puede jugar tan mal a no ser que sea a propósito. Pero después vemos que el peor es Federico Gattoni (si sigue así nos va a obligar a extrañar a González Pírez) que acaba de llegar y eso nos trae dudas.

Es que en estos dos partidos, salvo los consagrados (Borja y Armani) y el pibe de 16 años (no se le puede pedir más de lo que hace) el resto no aprobó ni uno. Si hasta Paulo Díaz que hasta que se fue a la Selección de Chile era el único puntal ayer jugó como el orto (si se me permite el término de cancha).

El clima cada vez está más espeso y no hay una solución que nos guste a todos. Si Demichelis se mantiene en el cargo no va a ser reconocido por los hinchas ni aunque gane la Libertadores. Si se va, la hinchada estará feliz, pero los dirigentes tendrán un problema que no sé si están capacitados para resolver.

El que se vayan todos es una utopía. Y hay jugadores que no sé si jugarían mejor con otro director técnico. Problema difícil que habrá que resolver pronto porque la competencia sigue y, además, en un año tendremos el desafío más difícil de la historia y habrá que dar la talla. Y, a este paso, solo se vislumbra en el horizonte otro papelón.

COMENTARIOS