
Política | 19:01
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Más pruebas del pacto marplatense entre Montenegro y Pulti: la basura, la playa y los millones que los unen
El intendente y el ex jefe comunal muy comunicados por supuestos vínculos.

El intendente marplatense Guillermo Montenegro consiguió este lunes un importante avance político: logró el aval en comisiones del Concejo Deliberante para prorrogar por 4 años el contrato de recolección de residuos, el más costoso del Municipio de General Pueyrredon (MGP). Lo hizo gracias al respaldo del bloque de Gustavo Pulti, en lo que se perfila como un nuevo capítulo del acuerdo entre ambos dirigentes.
1/3 Un reconocimiento al intendente Guillermo Montenegro por su reelección.
— Gustavo Pulti (@GustavoPulti) October 23, 2023
Frente al balotaje le proponemos hacer un gran acuerdo por Mar del Plata y apoyar a Sergio Massa. pic.twitter.com/MJ7sITLSFB
El expediente, que todavía no fue votado en sesión, plantea la extensión del contrato vigente con la empresa de higiene urbana bajo el argumento de una "emergencia económico-financiera", una figura que permite evitar un nuevo llamado a licitación. En juego hay más de 6 mil millones de pesos por mes, cifra que convierte al servicio de recolección de residuos en el negocio más grande del Municipio.
Durante la última campaña, Acción Marplatense (el espacio político de Pulti) había hecho eje en las críticas a la "ciudad sucia". Su concejal, Eva Ayala, recorrió barrios señalando la falta de control municipal y la proliferación de microbasurales. Pero al momento de debatir la prórroga, la edil no se opuso y permitió que el expediente avanzara sin trabas en las comisiones, cumpliendo con la línea política de su espacio.
La prórroga del contrato no es el único punto de coincidencia entre Montenegro y Pulti. En los pasillos del poder marplatense se mencionan otros entendimientos, como la concesión del balneario Costa del Sol al club Once Unidos, que según fuentes políticas funcionaría como pantalla de Horacio Taccone, socio histórico del ex intendente. También se mencionan posibles vínculos financieros y apoyos cruzados durante la campaña electoral.
La ausencia de licitación, el silencio del pultismo y la velocidad con que se trató la iniciativa generan suspicacias sobre el alcance real del acuerdo. En la política local, muchos ya se preguntan si el entendimiento entre Montenegro y Pulti se limita a la basura y las playas o si, detrás de estos movimientos, se esconde un pacto más profundo que condicionará el futuro de la ciudad.
