Política | Ayer
Exclusivo
OSSE en tierra de nadie: acefalía, internas políticas y un poder que se corre hacia los pasillos del ente marplatense
Obras Sanitarias con el agua la cuello.
La situación institucional de Obras Sanitarias Sociedad de Estado (OSSE) de General Pueyrredon atraviesa un momento delicado, marcado por la acefalía formal en su conducción y por versiones cruzadas sobre el futuro esquema de poder dentro del ente.
Con el vencimiento del mandato del directorio y sin designaciones oficiales que lo reemplacen, la empresa estratégica para la ciudad funciona con normalidad operativa, pero sin una conducción superior plenamente legitimada.
En ese contexto comenzaron a circular nombres y armados políticos. Tras la confirmación de que el hombre de la Coalición Cívica ARI (CCA), Bernardo Martín, no continuará al frente del Ente Municipal de Turismo y Cultura (EMTurYC), surgió la versión de que podría desembarcar como vicepresidente de OSSE.
Sin embargo, esa posibilidad quedó descartada. Según una fuente oficial consultada en estricto "off", "tendrá posiblemente un pago por afuera, pero está confirmado que en el Gabinete municipal no tiene espacio". La frase resume con crudeza el clima interno: movimientos laterales, pero sin lugar en la estructura formal del Ejecutivo.
En paralelo, el diputado nacional Alejandro Carrancio, referente de La Libertad Avanza (LLA) en Mar del Plata, habría comentado a su círculo cercano que OSSE, junto con la Secretaría de Obras y el EMTurYC, quedarían bajo la órbita del espacio que responde al presidente Javier Milei.
No obstante, en los hechos, esa afirmación no estaría del todo alineada con la realidad política local. Las definiciones se demoran y los casilleros siguen vacíos, lo que relativiza cualquier reparto anticipado de poder.
Mientras tanto, y ante la ausencia de autoridades designadas, el secretario general del Sindicato de Trabajadores de Obras Sanitarias (SiTOS), Daniel Díaz, aparece como una figura central en el día a día del organismo.
En los pasillos de OSSE se lo menciona como el "más pesado" y virtual mandamás del ente, con una influencia creciente en las decisiones cotidianas. Al menos por ahora, esa gravitación sindical se potencia en un escenario donde el vacío político deja margen para otros actores.
Así, OSSE transita un presente de indefiniciones, con una conducción vencida, rumores de reparto que no terminan de materializarse y un poder real que, de momento, parece correrse de los despachos políticos hacia otros ámbitos. El interrogante no es solo cuándo se nombrarán las nuevas autoridades, sino también quiénes terminarán ejerciendo el control efectivo de uno de los organismos más sensibles de General Pueyrredon.
