Las relaciones dentro de la cúpula del Partido Justicialista (PJ) de Mercedes atraviesan un momento de fuerte tensión que vuelve a encender la vieja interna kirchnerista entre Carlos Selva, exintendente cercano a Sergio Massa, y Juan Ustarroz, actual intendente ultra camporista y alfil de Cristina Kirchner.

Ambos dirigentes, que pasaron de ser enemigos íntimos hace algunos años cuando, durante la gestión de Carlos Selva, Juani Ustarroz intentó armar una municipalidad paralela en ANSES y fue denunciado por Selva en el programa de Jorge Lanata, Periodismo Para Todos (PPT), por usar el organismo para hacer clientelismo político.

Después de varios años de rivalidad constante, se fueron repartiendo cargos políticos y llegaron a un acuerdo. Pero, como dice una máxima peronista, en política nada es definitivo. O nada es lo mismo. Las relaciones entre los dirigentes del Partido Justicialista no atraviesan sus mejores días.

El disparador del conflicto fue el anuncio del secretario de Educación Municipal, José Luis Pisano, sobre una reestructuración de la educación inicial debido a la baja de natalidad.

Esta medida generó un fuerte cimbronazo porque afecta directamente a las salas de primera infancia, un proyecto impulsado en su momento por la gestión de Carlos Selva y el Frente Renovador (FR). Integrantes del Frente Renovador manifestaron su profundo enojo, sintiéndose afectados por una medida que consideraron «inconsulta» por parte del oficialismo.

Lo que llamó poderosamente la atención fue la presencia de militantes, exfuncionarios y asesores vinculados al selvismo en la movilización de docentes que protestaban contra la decisión de la intendencia de Ustarroz.

En la manifestación no solo participaron militantes del Frente Renovador, sino también dirigentes de Principios y Valores, así lo confirmó una fuente que aportó varios datos que se presentarán a continuación. Incluso estuvo presente el concejal Bernardo Zubeldía, íntimo amigo de Carlos Selva.

Militantes massistas del Frente Renovador confirmaron la participación de varios integrantes de la sede ubicada en la avenida 30 y calle 25.

"Hay cierto malestar; la medida tomada cayó muy mal en varios sectores del peronismo. Fue inapropiada, al menos en la forma en que se implementó. Lo mismo puedo decir de la gente de Principios y Valores, que también estaba acompañando", aseguró la fuente.

El selvismo intensificó la crítica hacia la gestión de Ustarroz, centrándose en la falta de diálogo interno dentro del oficialismo: "Fue a destiempo, se sabía, pero se retuvo la información hasta el último momento". La medida fue tomada sin consulta previa al interior de la estructura política y, dentro del espacio, no desean respaldarla.

Algunas fuentes aseguran que Juan Ustarroz hace semanas no le atiende el teléfono a Carlos Selva y que sería porque Selva está haciendo su propio juego para volver a tener el control de la intendencia de Mercedes. Según gente cercana a Ustarroz, Selva no sería alguien confiable por su forma tramposa de hacer política; eso mismo le sucedió a Julio Gioscio, quien perdió la intendencia con Selva por un voto, un absoluto fraude.

Los mismos empleados del municipio recuerdan a Selva como un corrupto que nunca hizo nada por Mercedes: "Jamás asfaltó una calle". También recuerdan un episodio donde desapareció la recaudación de la Fiesta del Salame y le atribuyen el robo del dinero a Selva, mientras que otros dicen que Juan Ustarroz estuvo detrás del hecho.