Por Javier Solá

El triunfo de River sobre Boca del sábado pasado se explica de una sola manera: volvió Marcelo Gallardo. Y no es ese poder esotérico que suele ejercer el "Muñeco" sobre sus eternos rivales.

Es también lo que contagia y convence a los propios. En abril de este año River (con un plantel muy parecido al del sábado pasado) y Boca se enfrentaron en Córdoba por la Copa de la Liga. El "Millo" pegó primero con un gol de Borja a los nueve minutos, pero inmediatamente después se tiró atrás y dejo que su rival se agrande y de vuelta el resultado.

Que esta vez la historia no se repita tuvo mucho que ver con el mensaje que baja el director técnico (DT) actual de nunca dejar de atacar, y con la paliza táctica que le dio Gallardo a Diego Martínez. Simplemente River fue superior en cada lugar de la cancha.

Y también con el convencimiento. Por el choque de mañana frente a Colo Colo, saltaron a la cancha varios jugadores que venían siendo resistidos por la hinchada. Pero el "Muñe" les cambió el chip y les dio la confianza.

No me extraña que el gol haya sido de Manuel Lanzini, porque es alguien que sabe cómo embocar a los "Bosteros". Pero tipos como Federico Gattoni, Enzo Díaz o Nicolás Fonseca jugaron un buen partido, a pesar de que venían teniendo pocos minutos.

Así y todo no fue baile. Lo hubiera sido si Miguel Borja, que entró en el segundo tiempo, hubiera estado fino. Pero el colombiano fue de los pocos que no dio la talla y tuvimos que sufrir hasta el final. Y vaya si sufrimos con ese gol anulado por el VAR en el último minuto de juego.

No voy a entrar en detalles técnicos, pero por lo que pude averiguar, la mano anula cualquier hecho posterior en la jugada. Por eso, no vale el gol, ni es penal de Franco Armani a Milton Giménez.

No quiero terminar esta crónica sin destacar el buen partido de Adam Bareiro y Franco Mastantuono. El primero no tuvo chances frente al arco, pero se fajó con los centrales "Xeneizes" y participó del juego del equipo. El pibe, volvió a demostrar que no le pesan las piernas ni aunque esté jugando en la bombonera.

Se ganó el superclásico, pero el partido importante se juega mañana.