La diputada nacional Lorena Villaverde se ha convertido en el centro de una fuerte controversia política luego de renunciar a asumir su banca como senadora por Río Negro, decisión que dejó al descubierto un complejo entramado de impugnaciones, denuncias y sospechas que la envuelven desde hace semanas.

Lejos de quedar afuera del Congreso, Villaverde optó por mantenerse en la Cámara de Diputados, donde ya ejercía su mandato hasta 2027, y donde conservará los fueros parlamentarios que la protegen mientras continúan los cuestionamientos.

La situación estalló cuando su pliego para ingresar al Senado fue frenado por una impugnación que señalaba presuntos vínculos con causas de narcotráfico.

El bloqueo político fue inmediato: distintos bloques legislativos pidieron revisar su historial y exigieron explicaciones por un viejo antecedente en Estados Unidos, donde habría estado detenida en 2002 por un caso vinculado al tráfico de drogas. A ello se sumaron supuestos lazos con empresarios investigados por actividades ilícitas, lo que terminó de sellar el rechazo a su asunción en la Cámara Alta.

Ante un escenario adverso y sin respaldo para jurar como senadora, Villaverde decidió dar un paso al costado. Sin embargo, la renuncia al Senado no implicó su salida del Congreso.

Su banca en Diputados, ya en ejercicio, se transformó en un resguardo que Página/12 define como un refugio político: un espacio donde su futuro inmediato no está amenazado y donde los fueros le brindan un escudo institucional mientras las acusaciones siguen su curso.

En su entorno aseguran que las denuncias son parte de una maniobra política diseñada para impedirle llegar al Senado, mientras que la oposición insiste en que existen elementos suficientes para revisar su permanencia en el Congreso. Entre tanto, Villaverde seguirá ocupando su curul en la Cámara Baja, aferrándose a la única estructura que por ahora le garantiza estabilidad en un escenario convulsionado.

El caso ya generó revuelo nacional y dejó en evidencia las tensiones internas dentro de La Libertad Avanza (LLA), el espacio político al que pertenece. La decisión de Villaverde de refugiarse en Diputados abre un debate mayor sobre los fueros, el acceso a cargos legislativos y los mecanismos de control sobre quienes enfrentan denuncias graves.

Mientras tanto, la diputada permanecerá en su banca y todo indica que esa silla será, por un tiempo, su mejor escudo político.