Política | 10:00
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¿Otro cambio en el Gabinete bonaerense? Kicillof ubicaría a Rebord en Comunicación Pública
El gobernador busca darle lugar a los streamers.
Tomás Rebord, un nombre cada vez más presente en el debate público, aparece ahora como posible candidato a ministro de Comunicación Pública en un eventual Gabinete bonaerense de Axel Kicillof.
Si bien no hay confirmaciones oficiales, su perfil (su trayectoria mediática, su base de seguidores jóvenes y su identidad política) lo convierte en una figura que podría seducir a un sector de la dirigencia oficialista.
Rebord nació en Almagro en 1993 y se graduó como abogado en la Universidad de Buenos Aires (UBA), siendo el primero en su familia en alcanzar ese nivel educativo.
En paralelo, forjó una carrera destacada en medios digitales: lideró y conduce programas por radio y streaming como "MAGA" y "Hay Algo Ahí", y dispuso de un ciclo de entrevistas en YouTube llamado "El Método Rebord". Además, ya estrenó su primera novela, "Comentarios al Náucrato".
Políticamente se declara peronista, y ha definido su visión del peronismo en términos económicos como "un proyecto capitalista nacional", distanciándose de la idea de que el peronismo es necesariamente de izquierda.
Durante su juventud, participó en agrupaciones políticas estudiantiles vinculadas a espacios progresistas, aunque hoy su presencia se concentra más en las plataformas digitales que en la militancia tradicional.
Un factor determinante a su favor es su capacidad para conectar con audiencias jóvenes y su gran experiencia como comunicador: su estilo combina ironía, reflexión política y abordajes culturales profundos. Esa mezcla podría ser muy útil para un Ministerio de Comunicación Pública que busque modernizar su discurso y renovar su vínculo con la ciudadanía.
Sin embargo, también existen riesgos. Rebord no proviene de la estructura partidaria tradicional ni tiene experiencia de gestión pública.
Parte de su fama viene acompañada de polémicas: se ha burlado de ciudades como Comodoro Rivadavia con declaraciones duras ("casinos, prostitución y falopa"), lo que podría generar rechazo en ciertos sectores.
Además, su perfil mediático y provocador podría chocar con la institucionalidad y la moderación que se espera de un ministerio oficial.
Otro punto a considerar es su mensaje interno: recientemente criticó a la dirigencia política por priorizar nombres por sobre ideas y pidió una "interna profunda" para discutir proyectos más que figuras.
Esa postura puede interpretarse como una advertencia para quienes ven en él simplemente un "influencer", y como una demanda de responsabilidad intelectual y programática.
En resumen, Tomás Rebord reúne muchas de las cualidades que un Gobierno moderno podría valorar para renovar su aparato de comunicación: juventud, llegada digital, una voz propia y crítica, y una búsqueda de contenido ideológico.
Pero su falta de experiencia formal y su estilo transgresor también plantean interrogantes sobre si podría adaptarse al rigor institucional de un ministerio.
Que su nombre aparezca entre los posibles candidatos para Comunicación Pública en Buenos Aires indica que el oficialismo podría estar pensando en un cambio generacional y una apuesta más audaz en su estrategia de narrativa.
Si Kicillof y sus colaboradores decidieran apostar por él, estarían eligiendo no solo un comunicador sino un símbolo de transformación generacional en la política bonaerense.
